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C apítulo II. S ociografía de la P rovincia - 123 Parece lógico que en estos momentos y en nuestro intento de introducirnos en la presentación de la sociografía o dinámica de la Provincia, reconozcamos que toda síntesis lleva un peligro de reducción y que entendamos que el esfuerzo de renovación y adaptación no podemos reducirlo a los estrechos límites de nuestra presencia, ciertamente variada, pero al fin reducida, aunque situada en tres continentes: Europa, América y Asia. Hablaremos de esta renovación y adaptación en último lugar; de momento, analizamos la renovación y adaptación de la sociedad, de la Iglesia universal y de la Orden. 1.1. Renovación y adaptación de la sociedad Con la irrupción de la modernidad, los nuevos modelos culturales se centran en tomo al respeto de los derechos de la persona, convirtiendo al individuo en sujeto de sí mismo. Se acentúa y acepta como característica de este mundo moderno o sociedad el principio de pluralidad o diferencias y se admite vivir en un mundo que gira en torno a ejes y polos diversos y hasta contrastantes. Se vive igualmente un pluralismo técnico-científico que tiene sus propias reglas y leyes muy relativizadas. Es de destacar la nota de secularización por la que el individuo, al sentirse sujeto de sí mismo y de la historia, apuesta por la libertad, el derecho a la individualidad y la autonomía de la conciencia ética y moral. Se aparta de Dios y desde luego de la Iglesia, actitud que no es ajena al católico e incluso al consagrado. Nuestro final de siglo X X ha sentado las bases de la llamada "mundialización" de las relaciones de esta "aldea", el mundo, cada vez más globales. Crece progresivamente la intemacionalización a todos los niveles, principalmente el económico y el religioso, pasando por el político, no obstante la feroz competición y agresividad que determinan la exclusión y sacrificio de tantos, como está poniendo de manifiesto el avance del neoliberalismo, sobre todo, tras la caída