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C apítulo I. O tros cinco lustros - 119 Terminados los temas, el Capítulo pasó a las votaciones de los escasos acuerdos aprobados en el mismo: los referentes a Jaca, al intercambio misionero, a las parroquias de Zaragoza y al Fondo social de la Provincia. El Capítulo encomendó a los superiores la redacción definitiva de dichos acuerdos. Todavía hubo tiempo en la última mañana para unos minutos de evaluación del Capítulo, que llegaba a su ocaso. Las voces fueron, en general, positivas; también, muy variadas, a veces improvisadas y sobre la marcha. Será necesario cierto tiempo para ver con perspectiva tan dilatado panorama. Se iba llegando al final. Gabriel Larraya leyó el acta del Capítulo, elaborada por él y sus colaboradores, que mereció un prolongado aplauso. Fue muy completa en su fondo y en su forma. El Capítulo pasó a la capilla a fin de poner el broche de oro al Capítulo con una eucaristía de acción de gracias. Fue doméstica y sin invitados. Fue oficiada por Aurelio Laita, Presidente del mismo. Los directores de la liturgia sacaron del arca el mejor repertorio, antiguo y nuevo. La homilía fue en parte oficial y en mayor parte, personal, dirigida a situar a la Provincia ante el nuevo milenio. Al final de la misma, el Ministro Provincial le agradeció la moderación y destacó que el P. Aurelio nos había acompañado también con carácter de Delegado, votado y elegido por los religiosos. A continuación todo terminó en el comedor con la fraterna y selecta comida ofrecida desde la cocina del convento de San Antonio. 2. El trienio 1999-2002 Solamente podemos referimos a su comienzo, que presenta venturosos augurios y a la vez preocupantes problemas. Entre los primeros, vemos cómo la Provincia se apresura a celebrar el primer centenario de su restauración en 1900; tendrá lugar durante el año anterior a su constitución, es decir, desde mayo de 1999 a igual fecha