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Trienio 1969-1972 93 dades, como verdaderos equipos de trabajo, señaló los rasgos generales de cada una, no tanto para dar definiciones, como para iluminarlas y seña­ lar metas. Así quedaba completado el tiempo capitular, de cuño nuevo y cargado de promesas. 2. Contextos de vida Las corrientes teológicas nacidas en el postconcilio siguieron influyendo notoriamente en la evolución de nuestra vida religiosa. Los teólogos van­ guardistas centroeuropeos consiguieron numerosa audiencia y las experien­ cias de la vida religiosa atrajeron pronto la atención y la admiración. Im­ posible descender al detalle de los libros que se leían en estos años y el rumbo de las aspiraciones. Bastaría examinar algunos elencos bibliográ­ ficos, elaborados y servidos a los religiosos, y los estantes de los mismos. Documentos pontificios como la «Evangélica testificado», junio de 1971, sobre la renovación de la vida religiosa según el concilio vaticano II, fueron esclareciendo muchos aspectos discutidos, y facilitando la renovación, evi­ tando cualquier radicalismo, pero también cualquier anquilosamiento. El padre provincial propuso esta exhortación como tema de reflexión a nues­ tras comunidades a principio del curso escolar de dicho año. La provincia vivió atenta a la renovación litúrgica, que llegaba desde los nuevos leccio- narios, revisión de los ritos sacramentales o de acciones litúrgicas, como la concelebración. Pero nos toca más de cerca el contexto interno de la evolución de la orden, que conoció momentos importantes durante el trienio. Así por ejemplo, la aprobación de algunos números de las constituciones, que habían quedado en suspenso. Los más batallones eran los que se referían al vestido religioso y al oficio divino en el coro. Se aprobaba vestir, además del hábito religioso, otro traje eclesiástico conveniente, según las normas de los superiores o de las conferencias episcopales. La orden resaltaba la importancia de la alabanza divina en común y asociaba a ella incluso a los hermanos pero sin clasificarle como oficio coral. Los hermanos podrán ser promovidos a oficios dentro de la orden, pero no al servicio de ser superiores, ni vicarios. Tales aclaraciones fueron acogidas en los acuerdos del capítulo general ordinario celebrado en mayo de 1970, al que asis