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6 Presentación Pensamos que convenía anteponer una visión global de la fraternidad provincial: Su fisonomía, su marcha y su gobierno. Un estudio planteado lejos de la crónica y del detalle, y atento al contexto de la Iglesia, de la orden y de la sociedad. Algo parecido a una galería de cuadros y apuntes que recogiesen la historia de otros tantos trienios, esa unidad esencial del curso de nuestra vida. Este primer estudio ayudará a captar con rapidez el contenido de cada provincialato, sin perder de vista su inserción en este tramo de tiempo, singular para la historia. Servirá, sobre todo, para descu­ brir en cada trienio la relación entre inmovilismo y cambio, entre tradición y renovación, entre intangibilidad y adaptación. Se debe este capítulo al P. Jesús Morrás. El historiador presta hoy día singular atención a los resultados de las ciencias auxiliares, por ejemplo a la sociología. En 1950 no se vio la ne­ cesidad de un estudio de esta índole. Hoy día nos parece esencial para ex­ plicar el momento que vivimos, cargado de complejidad y de enigma. Re­ coge los resultados de las encuestas, consultas y reuniones, dirigidas a esclarecer nuestra fisonomía y nuestra identidad. Estudio importante como historia, y más importante todavía como previsión del porvenir. Ha sido escrito por el P. Luis Sarriés. Una provincia tiene su ecología; ella y cada una de sus casas, en las que se realizan y viven los religiosos. Se han estudiado las fraternidades tradi­ cionales y las de nuevo cuño, las de raigambre y las surgidas al soplo de los tiempos nuevos. Se ha buscado situar al religioso en su medio ambiente, en conexión con sus actividades más vitales. Se ha prescindido por principio de un abigarrado acervo de efemérides, con tal de descubrir la fisonomía de cada convento y el impacto que ha provocado en el mismo el movimien­ to actual de renovación. Han colaborado en este capítulo superiores y re­ ligiosos de las fraternidades, realizando un trabajo inicial de ordenación el P. Javier Hualde. Toda la provincia ha sentido en su piel y en su alma el paso de los signos de nuestro tiempo. Lo han sentido también nuestras casas de formación. Cambio de ubicación, de estructura, de planes de estudio, y al mismo tiempo, angustia de crisis e interrogantes de supervivencia. Período reple­ to de experiencias, de tanteos y de búsqueda. Se ha hecho responsable de este capítulo el P. Rufino María Grández, colaborando varios religiosos de nuestras casas de formación.

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