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Trienio 1963-1966 73 por estar condicionada a un colegio-seminario, y la de Lodosa (Navarra), por no apreciar condiciones en el inmueble ofrecido, ni interés en el empla zamiento de la zona. En cambio, fue tenido en consideración el ofrecimien to llegado desde San Sebastián para abrir una residencia en Alza (Gui púzcoa), dentro de una gran cooperativa de viviendas, y que pasado algún tiempo, cristalizaría en la pequeña fraternidad que existe actualmente. La provincia continuó insistiendo en las antiguas pretensiones de fun dar en Vitoria, aunque la visita realizada en enero de 1965 resultó tan infructuosa como todas las anteriores. La fundación de Bilbao adquirió en este trienio una orientación peculiar. Mirando al bien común y a la paz, se aceptó la propuesta de la provincia de Castilla de vender el solar del convento de Basurto, siempre que se garantizase a nuestra provincia la fundación, o mejor traslación, de la casa a otro lugar de la ciudad y la percepción de la mitad del fruto de la venta. En este sentido se hicieron gestiones, aunque sin llegar a resultados, para la venta. Supuesta la mis ma, incluso se inspeccionaron terrenos para nuevas fundaciones, por ejem plo la que podría ir emplazada en el valle de Asúa. El capítulo de obras fue importante en este trienio. Imposible atender a las numerosas de mantenimiento de diversos inmuebles. Destaquemos las de mayor envergadura. A principio de 1966 se realizaban las siguientes: El nuevo colegio de Lecároz, en plena marcha; la iglesia y convento de Rentería, realizada a buen ritmo, de modo que la iglesia pudo quedar inaugurada en el mes de noviembre después de intensos meses de trabajo; el convento nuevo de Tudela, construido con gran previsión que solu cionaría posteriormente importantes problemas, y el instituto filial de Logroño, fruto de la buena orientación impuesta desde el principio. En este trienio se ensayó también la venta de inmuebles, a fin de hacer fren te a estas cuantiosas obras. Así por ejemplo, se vendieron extensas zonas de las huertas de Estella y de Tudela; operaciones, sometidas siempre a discrepancia, pero que a veces resultaban insoslayables. Otro tanto se puede decir de la venta de parte del solar de Zaragoza, avda. América, a la Caja de Ahorros. Hubo momento en que bullía en obras la mayor parte de los conven tos; así en el momento de adaptar los presbiterios de nuestras iglesias a las normas litúrgicas, para dar oportunidad a la celebración de cara a los fieles. No por obras, pero sí por gastos, pueden considerarse en este capítulo la
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