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Trienio 1963-1966 69 5. El nuevo colegio de Lecároz El trienio que reseñamos habia recibido de la provincia un encargo preciso sobre este problema, que había dado margen a muchas palabras inútiles, pero también a razonamientos sensatos. Se acometió la solución del nuevo colegio, no obstante que el problema de la división de la pro­ vincia se interfería en el mismo con agudeza. Se consultó a la curia general, con el consiguiente retraso; pero también con seguridad para no dar pasos en balde. Se vio que procedía llevar adelante la empresa inde­ pendientemente de cualquier interferencia susodicha. Se compraron te­ rrenos adyacentes, que junto con las fincas del mismo colegio marginaban cualquier dificultad de planteamiento. De cara a la realización del proyecto, personas responsables desaconsejaron que se entregase a la sociedad Liceo Lecároz la construcción del nuevo inmueble. La provincia corrió en último término con la responsabilidad del proyecto. Cualquier apoyo fue agradecido y eficaz; pero debe quedar bien sentado que la obra fue realizada por la provincia. Ella hipotecó sus inmuebles de Lecároz para conseguir los pri­ meros créditos; los religiosos se movieron para directamente o por me­ dio de exalumnos, gestionar en Madrid la declaración de interés social y la consecución de diversos créditos. Toda la primera mitad de 1964 fue de actividad vertiginosa, de modo que en julio se aprobaban los planos presentados por cinco prestigiosos arquitectos. La empresa tenía para muchos visos de aventura. Desde Roma, aconse­ jaron siempre mucha prudencia en la operación; diversos escarmientos, vi­ vidos en la curia general, exigían asegurar iniciativas de esta categoría. Abundaban los escépticos. Es a los mismos religiosos de Lecároz a quienes se debe atribuir fe, tesón, actividad y capacidad de relación con personas influyentes. En enero de 1965 se decidían a contratar los servicios de la empresa constructora Goisa-Walhs S. A. El momento crucial y culminante de toda la operación estuvo pendiente de las gestiones positivas llevadas a cabo en el Banco de Crédito a la Construcción; esto dio posibilidades a otras muchas operaciones. Sin los créditos a largo plazo de dicho banco hubiera resultado poco menos que imposible conseguir la realidad del colegio nuevo de Lecároz, tal como ahora lo vemos, y desde el que nuestros religiosos realizan sus ministerios pastorales.

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