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52 Capítulo I — Cinco lustros primer escrutinio con 22 votos. Era el primer caso en la provincia que un religioso gobernaba dos trienios seguidos por voluntad y elección de los capitulares. El caso del P. Ladislao de Yábar había sido todo singular, ya que antes y después de su trienio presidió el gobierno por nombra miento de la curia general. El nuevo equipo provincial se tomó el tiempo imprescindible para formar las familias y el día 26 eran proclamadas en el convento de San Antonio de Pamplona. En el equipo de superiores locales podía observarse mucha madurez, de 40 para arriba y bien cumplidos. El nuevo provincial no necesitó presentar grandes programas. En una carta inicial exigió un es fuerzo personal de santificación en el puesto señalado por los superiores, aunque sin cerrarse a la realidad: «abramos en buena hora el viejo porta lón de nuestros conventos y veamos la turba que nos rodea y corre a no sotros: Corazones cargados de odio, inteligencias sumidas en la ignoran cia, estómagos hambrientos, cuerpos harapientos; caravana inmensa de des venturados que atraviesa sin rumbo fijo nuestro valle de lágrimas». Vea mos cómo ambos aspectos fueron cristalizando durante el trienio, viviendo codo a codo con sus hermanos: «yo cierro mis ojos y acepto mi realidad... sólo deseo vivir mi realidad a vuestro lado». 2. Contexto eclesial y marcha general La iglesia vivía el pontificado del papa Roncalli, Juan X X III, espe cialmente benigno con nosotros. La orden continuaba su adaptación a los tiempos nuevos, por ejemplo, en el área del movimiento litúrgico. Re cuérdese lo que supuso la comunión vespertina, fuera de la misa, ya que pasarían bastantes años para la realidad obvia de las misas vespertinas, con los problemas en torno al ayuno eucarístico y a otros preceptos y ritos, que parecían intangibles. Lo mismo se diga del nuevo código de rú bricas con las innovaciones en calendario, misal, breviario y otros aspectos de la liturgia; y algo más tarde, las ordenaciones para la edición del misal romano. No, no divagamos. Estamos aludiendo a hechos que provocaron tensiones y mal humor: cubrirse la cabeza con el amito, profundidad en las inclinaciones corales o el número de genuflexiones. Con ello estamos constatando la iniciación de cambios, que pronto se precipitaron sobre
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