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Trienio 1957-1960 47 Lacq, en cuya misión dejaría la vida, y el P. Jaime Zudaire, al movimiento por un mundo mejor. 7. Profesores y casas de formación El sector no sufre en este trienio fuertes sacudidas. Celebró dos reu­ niones, en la de septiembre de 1958 volvió a insistir en la formación re­ ligiosa de los candidatos: formación litúrgica, ascética, bíblica y franciscana. Por primera vez se entiende la liturgia como disciplina académica y como vivencia eclesial; no en vano presionaba el movimiento litúrgico desde los documentos pontificios, los congresos diocesanos por zonas con partici­ pación de nuestros religiosos, las semanas organizadas en algunos con­ ventos, las explicaciones impartidas desde el boletín oficial de la provin­ cia. Los religiosos abrían las ventanas de su espiritualidad a este soplo del Espíritu. Otra reunión, celebrada en Pamplona en septiembre de 1959, brilló por su carácter especializado: Metodología de las disciplinas humanísticas, filosóficas y teológicas. Plan ambicioso, pero lleno de urgencia. No en vano aparecían ya en el colegio de teología alumnos, que analizaban los programas, revisaban las enseñanzas teológico-morales y sugerían cambios. Más que estas posturas de método y de pedagogía, interesaba la reali­ dad de nuestros estudios humanísticos. Desde 1959 se inició la adaptación al bachillerato estatal, lo que suponía uno de los pasos más decisivos en nuestras casas de formación. Se sintió la urgencia de preparar personal especializado; fueron muchos los religiosos enviados a cursar estudios ci­ viles con sus grados respectivos y la exigencia a los religiosos, incluidos los estudiantes de teología, a conseguir el título de maestro nacional, entonces relativamente fácil; en la actualidad, con las dificultades inhe­ rentes a cualquier carrera. Por otra parte, se suavizó el régimen disciplinar de los aspirantes, aumentándoles las vacaciones en sus familias a 25 días, seguidos luego en campamentos, dependientes de organismos estatales, aunque organizados con cierta independencia.