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464 Capítulo V II — Actividad en ultramar 6. Parroquia de Santa Teresa en Premont, 1972 A principios de 1971 se recibió carta de nuestro padre provincial indicando la conveniencia de una fundación en Texas junto a la frontera de Méjico, siendo una de las finalidades ayudar espiritualmente a las monjas capuchinas de esta nación. Con ese motivo, en julio del mismo año escribió el superior de Dallas al Sr. obispo de Brownsville manifestando los deseos del padre provincial. El Sr. obispo contestó al mes siguiente, agradeciendo la oferta de ayuda, pero dando al mismo tiempo largas al asunto. En setiembre de ese mismo año se escribió al obispo de Corpus Christi, más al interior de Texas, sobre el mismo asunto. Siguió una en­ trevista con dicho obispo en el aeropuerto a su paso por Dallas, y en diciembre el superior y el P. Jesús Abárzuza fueron a Corpus Christi a entrevistarse con el obispo; éste les ofreció tres humildes misiones a unos 100 kilómetros de Corpus Christi llamadas Concepción, San Fran­ cisco y Ramírez. Tenían entre las tres una población de unas 250 familias, esparcidas en un área de bastante extensión, dedicándose todos sus habi­ tantes a la agricultura. Los dos padres volvieron a Dallas poco entusias­ mados, y entonces se pensó en pedir la iglesia parroquial de Premont, a la que pertenecían dichas misiones. Por fin, en marzo de 1972, llegó carta del obispo accediendo a la petición, y en la segunda semana de junio se hizo cargo de la parroquia el P. Pedro Azcoitia, yendo en agosto de coadjutor el P. Angel Pérez. El casco de la población tiene unas 300 familias. La finalidad de ayudar a las monjas de clausura en Méjico dejó de existir, pues los capuchinos, residentes en la capital de Méjico, se encargaron de esa misión, y la actual finalidad es ayudar a la diócesis de Corpus Christi en una de sus parroquias más pobres y menos deseadas por el clero diocesano. Dista de la frontera de Méjico unos 100 kms. y de Dallas unos 700 kms. El P. Angel hizo un censo muy completo de las 3 misiones, visitando una por una las humildes familias de los ran­ cheros. El actual coadjutor, P. Gregorio Goicoechea, ha hecho arreglos de bastante consideración en dichas misiones para promover las reuniones sociales de la población, dispersa y aislada en muchos ranchos.

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