BCCCAP00000000000000000000143

Texas 459 P. Serafín de Tolosa, firmada el 24 de setiembre de 1952. Durante el año que estuve en Washington, tuve oportunidad de hablar con distintas per­ sonas en la universidad y al mismo tiempo leí con detención el Directorio católico nacional, reuniendo así información sobre los grupos de habla es­ pañola en distintas partes de Norteamérica. Sabiendo la dificultad y reserva con que los obispos americanos reci­ bían a sacerdotes extranjeros, mucho más tratándose de fundaciones, obtuve por medio del exprovincial de jesuítas en Filipinas, P. John Hurley, una carta de recomendación del cardenal Spellman, arzobispo de New York, escribiendo el mismo cardenal sobre nuestra fundación al Sr. arzobispo de San Antonio, Mons. Robert E. Lucey, en cuya archidiócesis existe la mayor población de habla española. También pedí una carta de presen­ tación al superior de capuchinos de Washington, P. Giles Staab (después definidor general), y con ese apoyo escribí a nueve obispos, y tuve entre­ vistas personales con cuatro. Hubo mucha probabilidad de fundación en San Antonio, pero prácticamente fallaron todos los proyectos. En dos ocasiones los obispos estaban muy a favor, pero la junta de consejeros estaba en contra. Quien mejor recibió la petición fue el obispo de Dallas, Mons. Thomas K. Gorman, que en julio 20, 1953, me escribió: «Tendré sumo gusto en recibirlo para estudiar la posibilidad de una fundación de su orden en la diócesis de Dallas». En efecto, al mes siguiente (agosto) se llevó a cabo la entrevista, no en Dallas, sino en Fort Worth, y tanto el obispo como la junta de conse­ jeros estaban conformes en nuestra fundación en el oeste de la ciudad de Dallas; pero estuvo a punto de fracasar, por la oposición tenaz y decidida de los sacerdotes españoles que trabajaban entre mejicanos en Dallas y sus alrededores. Creó, pues, el Sr. obispo una nueva parroquia en Dallas con el nombre de Ntra. Sra. de Lourdes «ad nutum S. Sedis» de la cual tomé posesión el 18 de julio de 1954, asistiendo a la ceremonia el vicario general Mons. Thomas Tschoepe (hoy obispo de Dallas). En agosto llegaron los PP. Jerónimo Lecumberri y Pedro Azcoitia y al año siguiente el P. Alejandro Eceiza y Fr. Elias Zarazaga, y con este personal comenzó a desarrollarse la nueva fundación. De momento no había ni iglesia pa­ rroquial, ni rectoría, habilitándose para ese efecto la iglesia-misión de santa Teresita, ubicada dentro de los linderos de la parroquia, y una casa sencilla de madera con no pocas incomodidades.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz