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454 Capítulo V I I — Actividad en ultramar instructores. Apenas aparecieron en la plaza, fueron recibidos por la in­ gente multitud con ensordecedores gritos de «Muera Kao Tchuchiao, Sang Shenfu, Chi Taefu». Llegados a la plaza, entre continuos gritos de ¡muera! a los tres, les hicieron bajar del camión y a pie fueron llevados a la presencia de los cuatro jueces, que habían de dar, ocultos detrás del telón, la sentencia de inmediata expulsión del territorio chino. Ocho días les costó llegar a la frontera. Los guardias se portaron bien en el camino; ellos mismos encargaban y pagaban la comida y el hospedaje, naturalmente con el dinero de la iglesia que les dieron los empleados comunistas que residían en la estación misional de Pingliang. Cuando había que parar para comer o dormir, les ponían a los tres en fila india, delante y detrás los dos militares con fusil ametrallador y a los lados los dos civiles con sendos pistolones. Los presos, en los ocho días de camino, no podían hablar entre sí: iban aún en régimen de prisioneros; pero con los guardias tenían libertad de hablar y pedir lo que quisieran. Al llegar a la frontera, les advirtieron que, al abrirse la puerta, no hicieran ningún ademán de despedirlos ni de conocerlos siquiera. Al dejar­ los en la puerta de la frontera, no les dieron ni un céntimo de dinero para llegar hasta la procura de la ciudad de Hong-Kong. Aún había que reco­ rrer una hora de tren por los dominios del protectorado inglés antes de llegar al puerto de Hong-Kong. Gracias que el Sr. obispo de Hong-Kong mandaba cada día dos jesuítas a la frontera para esperar al tren que traía los misioneros expulsados de China. Les recibieron muy cordialmente; ellos mismos eran misioneros expulsados antes. Les obsequiaron con un lunch espléndido, les pagaron el billete del tren y les acompañaron hasta Hong- Kong. Allí se hospedaron por unos días nuestros tres expulsados en la procura dominicana. 5. Más datos sobre la expulsión Los misioneros, que no estaban encarcelados en la ciudad de Pin­ gliang, salieron para la provincia por este orden: el 12 de junio de 1952 los PP. Andrés Ecenarro, Rainerio Bengoechea y Fr. Dositeo Ugarte- mendía. Unos días más tarde del mismo mes salió de Peishui el P. Jenaro

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