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4 0 6 Capítulo V I — Actividad docente esfuerzo de nuestro hermano Jorge de Riezu. Van publicados hasta ahora diez volúmenes, y están en preparación otros dos. Gran número de publicaciones musicales se encuentra en revistas del género. Llegan éstas a media docena más o menos. La revista Tesoro sacro musical (Madrid) es la que recoge quizáa mayor número de publi­ caciones. Además de revistas y libros, no falta alguna que otra colabora­ ción en enciclopedias musicales y extranjeras. Si son muchos los títulos de nuestra producción musical, son rela­ tivamente pocos los autores o compositores. Son unos doce. Eso sí, sufi­ cientes ellos solos para dar valor de primera calidad a nuestra bibliogra­ fía musical. Algunos tienen un puesto en los dos campos de que hemos hablado más arriba; otros solamente en uno. Algunos son conocidos in­ ternacionalmente; otros, menos. Puestos a escoger algún nombre, citamos solamente a aquellos cuya inspirada musa la hermana muerte silenció en la tierra. Son, por orden alfabético: Agatángel de Arruazu, Francisco de Lazcano, H ilario Olazarán de Estella, José Antonio de San Sebastián, Saturnino de Legarda y Tomás de Elduayen. Los que quedan, siguen todavía cantando o continúan componiendo la buena música o la van descubriendo y haciéndola gustar a todo aficionado. Además de los dos campos citados, hay aspectos en el buen que­ hacer de la música de nuestros hermanos, que conviene recordar aquí. Algunos se han dedicado a realizarla. Y así han hecho liturgia cultivando el órgano; al frente de escolanías han cantado a Dios, cual hacerlo pu­ dieran ángeles del cielo; con el txistu, primigenio instrumento, han hecho brotar la sana alegría en cuerpos y almas; organizando masas corales y semanas de música, han testimoniado humanismo, franciscanismo, espiri­ tualidad; y esto ante auditorios nacionales y extranjeros. En una palabra, han hecho apostolado. Terminamos esta sección aludiendo a la original y fecunda idea de José Luis Ansorena: la formación de una biblioteca musical. Ella irá recogiendo todas las obras musicales vascas y toda la producción de com­ positores vascos. La sede de esta biblioteca radica en el convento de Rentería.

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