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Fraternidad seglar franciscana 373 taba unos 700 afiliados, un tercio de hombres. Predominaba el elemento rural. Numerosos eran también los cordígeros. Los años de mayor esplendor pueden concretarse en la decena de los cincuenta. En 1960 se inicia el de­ clive. En la actualidad permanece la cuantía de los terciarios; pero desde hace diez años han ingresado solamente nueve. En los años de vitalidad, las funciones mensuales eran memorables, por el número y fervor de los asis­ tentes. Era masiva la asistencia a los ejercicios anuales, que se predicaban en el convento. Dos han sido las vertientes del apostolado exterior: la ayu­ da a las misiones y a los pobres. Son clásicas las grandes concentraciones de terciarios que ha promovido la fraternidad o en las que ésta ha partici­ pado: grupos de hasta trescientos hermanos se reunían en convivencias comarcales y peregrinaciones piadosas a santuarios de la Virgen. La rela­ ción de los hermanos con la primera orden ha sido siempre excelente. Quizá hasta sea preciso señalar una excesiva dependencia de la iniciativa de los religiosos. Fraternidad tan gloriosa se ve hoy hondamente cuestionada por las siguientes razones: edad avanzada de los hermanos, con pocas perspec­ tivas de vocaciones jóvenes; indiferencia general hacia esta clase de orga­ nizaciones; falta de medios de transporte para quienes viven lejos del con­ vento (que son la mayoría); condiciones climatológicas en invierno... No se ve claro el porvenir de fraternidad en otros tiempos tan pujante. 5. Jaca Antes de llegar los capuchinos en 1930 ya existía la fraternidad seglar franciscana. En la actualidad cuenta con 108 hermanos, la gran mayoría mu­ jeres. Todos en edad madura. Es digno de notarse que en 1955 ingresaron 55 hermanos, mientras en la actualidad son muy raras las altas. Las actividades principales se han orientado hacia el apostolado evangélico y franciscano de las obras de misericordia, especialmente hacia la atención a los pobres y al cuidado c¡e los enfermos. En las reuniones mensuales se va formando a los hermanos en la espiritualidad seráfica, a base del tema­ rio de la junta nacional; todo culmina con la celebración eucarística. Suelen acudir unos 45 miembros; no son pocos los que están ya enfer­ mos o muy debilitados por la edad. Funcionan normalmente dos equipos: de oración y de caridad, procurando en el primero que la oración sea comunitaria, y en el segundo, que los hermanos no se contenten con la

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