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Fraternidad seglar franciscana 369 diciembre 1974); en Pamplona - san Antonio ( 1 1-12 enero 1975); en Lo­ groño (22-23 febrero 1975); en Zaragoza (8-9 marzo 1975); en Alsasua (8-9 marzo 1975); en Olite (22-23 marzo 1975); en Estella (12-13 abril 1975); en Sangüesa (22-24 mayo 1975), y en Zaragoza (24-25 mayo de 1975). Buena la asistencia a todos ellos y fructífera la experiencia. A partir de ahora queda en la provincia un plantel de profesores religiosos y se­ glares terciarios para futuros cursillos de éste o de otro estilo. Quede también aquí constancia de la participación de nuestros tercia­ rios en reuniones formativas y vivenciales de otro rango, como asambleas comarcales o nacionales, congresos de la TO F , etc. En este sentido se desta­ ca, entre otras, la singular participación en el congreso nacional interobe- dencial (Madrid 1960), al cual asistieron 350 terciarios de la provincia, con varios directores y el padre provincial al frente. Asimismo merece des­ tacarse nuestra participación activa en el congreso nacional de Sevilla (20- 23 junio 1968). Pero la formación de los hermanos se enriquece más, se hace viva y se comparte a través de los grupos o equipos que se cultivan en las fra­ ternidades. Tales equipos son entendidos entre nosotros como pequeñas fraternidades evangélicas, reunidas en la fe y esperanza, para v iv ir más profundamente la caridad. Según datos recibidos de las fraternidades, existen hoy en la provincia unos 30 equipos con buena salud espiritual y apostólica. En cuanto al apostolado, la acción de los hermanos ha discurrido den­ tro de los esquemas generales en que tradicionalmente se mueve la TO F , de todos conocidos. Sin embargo hay que reseñar en este campo, como nota peculiar, el espíritu misionero que en este lustro se ha vivido en varias de nuestras fraternidades. Contribuyó a ello, de manera decisiva, la creación en Zaragoza de la AM F (acción misionera franciscana) en 1952 por el P. José Angel Múgica, como sección de perfección y apostolado de la tercera orden franciscana secular, con la finalidad de ayudar a las misio­ nes capuchinas en todas las actividades propias de la mujer. A partir de aquella fecha empieza a difundirse por las fraternidades la idea de colaborar de alguna manera con las hermanas de la AM F en las tareas misionales. En el congreso interprovincial de Zaragoza (1959 ) se habla de apoyar a la AM F en todas las fraternidades y de encauzar esfuer