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Formación de hermanos 303 En efecto, con todos estos guiones de dogma (20 temas), moral (29), sacramentos y liturgia (20), vida espiritual (30), vida religiosa (9), vida franciscana (30) y formación humana (10), los hermanos disponían de un auténtico programa académico (puede verse estos guiones en Bol. Of. 14, 1959, 180-194). Otro momento significativo de concientización fue la I convivencia de hermanos no clérigos, celebrada en Lecároz del 25 al 27 de septiembre de 1969, bajo la presidencia e impulso del recién nombrado ministro provin­ cial P. Aurelio Laita. Tres ponentes - padres provincial, Saturnino Ara y Rufino M.a Grández - desarrollaron 14 temas ordenados en este encua­ dre: la renovación religiosa del hermano no clérigo; lo que ha sido el hermano; lo que será el hermano (la nueva figura que se vislumbra); el momento actual: aceptarlo y superarlo. Como conclusión se elaboró un docu­ mento de 32 puntos, como pistas de reflexión y conclusiones para tomar conciencia de la vocación del hermano en la fraternidad franciscana. De los hermanos participaron 51 asistentes. Un folleto de 51 páginas dio amplia relación de los temas de esta solemne convivencia. Allí se tomó este acuerdo: «Es deseo de todos los hermanos organizar una convivencia anual, todos en una asamblea, mejor que en diversas tandas» (n. 30). Al año siguiente se celebró la II convivencia de hermanos no clérigos, dirigida por los padres provincial y Rufino M.aGrández. Los temas fueron: desclericalización de la orden; trabajo del hermano no clérigo; la frater­ nidad, comunidad litúrgica: misa, oficio divino; espíritu de oración y reco­ gimiento frente al ambiente distraído y secularizado; el hermano no clé­ rigo de cara a la actividad apostólica. El resultado de esta convivencia, muy participada en grupos y encuestas, fue a plasmarse en un documento de conclusiones (cf. Bol. Of. 25, 1970, 149-150). Ambas convivencias dieron un fuerte golpe en el terreno de los prin­ cipios, o más bien, recogían y concretizaban el golpe dado en las nuevas constituciones (1968). A partir de ahora, desde el terreno de los principios concretos, no había dificultad paraque el hermano se abriera al estudio, según su capacidad. Quedaba claro que era muy deseable - porno decir necesario - que los hermanos tuviesen el bachillerato elemental.Por otra parte ya no existía dificultad paraque los hermanos avanzasen en otros estudios, y que participaran en cursillos de liturgia y otros temas espi­ rituales.