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302 Capítulo IV — Casas de formación empeño, flexibilidad, flojera o laxitud se ha llevado a efecto el programa expresado, bien módico. Sin duda que la preocupación trabaja como inquietud constante y se trata de encontrar caminos. Una iniciativa surge con la idea de los ejer­ cicios para los hermanos. Así se dispone en 1957: «Los hermanos que no han cumplido seis años desde la primera profesión, los harán (los ejer­ cicios) en Lecároz del 17 al 25 de agosto bajo la dirección del reverendo padre Matías de Torrano, ayudado del muy reverendo padre Bautista de Tolosa» (Fr. Florencio Rubio, notificaciones, 31-7-1957). Son unos ejer- cicios-convivencias que servirán de estímulo mutuo al grupo de los hermanos. La experiencia es satisfactoria y el padre provincial volverá sobre el tema el año siguiente. Otra vez habrá ejercicios en Lecároz diri­ gidos por el P. Jesús Armendáriz, ayudado por el P. Pedro Bautista Sa- rasola. La práctica se hizo uso otros años. Por aquellos años se despierta de nuevo la conciencia del deber de la formación de los hermanos. En la asamblea de superiores celebrada en Sangüesa (1959) se examina el problema: «Hay que lamentar en este sentido que muchos hermanos no reciben la instrucción religiosa y espi­ ritual que para ellos manda la legislación de la iglesia y de la orden. El escaso número de hermanos en algunas comunidades o el exceso de traba­ jo que se aduce a veces como excusa, no satisfacen; a todos interesa subsa­ nar el defecto donde existe. Como orientación se apuntan experiencias realizadas con éxito en otras provincias: entregar en hojas impresas la con­ ferencia para que cada uno la lea y la estudie en privado; organizar, con motivo de los ejercicios espirituales, cursillos intensivos de formación es­ piritual y religiosa para los hermanos, etc. Y se da cuenta de las dos últimas realizaciones en este aspecto: La ’escuela profesional’ y la edi­ ción de ’instrucciones a los hermanos’. Son las ’instrucciones’ una serie de guiones con los cuales habrán de ordenar sus pláticas y conferencias los directores de hermanos. Están pre­ vistas para un ciclo completo de tres años. Se pretende con esto facilitar a nuestros hermanos su formación completa en materia de religión, moral, ascética, vida franciscana y cortesía religiosa. Ofrecen la gran ventaja de que en todos los conventos podrá darse la misma formación. En la reu­ nión de padres provinciales del pasado año se encomendó esta labor a nuestra provincia, y la ha realizado el M.R.P Lázaro de Aspurz».

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