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270 Capítulo IV — Casas d e formación y por haber comprado incluso un automóvil para el delegado de vocaciones, invirtiendo todos sus ahorros. Nota. Lamentamos no poder dar un detalle de los cursos que han pa­ sado por este seminario por haber desaparecido el registro de alumnos. IV. E l seminario de filosofía En el período de esta historia de cinco lustros (1950-1975) que que­ remos referir hay un hecho clave que marca la configuración del seminario de filosofía. Es el establecimiento en 1951 de la filosofía en el convento de Zaragoza (Paseo Cuéllar). En el libro de calificaciones del colegio se lee: «El día 6 de septiembre de 1951 se inauguró en el convento de san Anto­ nio de Torrero — Paseo Cuéllar, Zaragoza— el nuevo curso de filosofía y ciencias. Integraron el nuevo colegio los estudiantes seráficos provenientes del colegio seráfico de humanidades de Alsasua, donde habían estudiado cinco cursos de dichas humanidades, y los estudiantes seráficos prove­ nientes del colegio de Fuenterrabía, donde habían estudiado primero y segundo curso respectivamente de filosofía y ciencias. Con esta organi­ zación quedan unidos ya definitivamente los tres cursos de filosofía, y satisfechos con ello los anhelos de los superiores y cumplidos los mandatos de las sagradas constituciones, que ordenan que se alojen los alumnos de filosofía en un mismo colegio». El establecimiento de este seminario en Zaragoza lleva consigo dos consecuencias importantes en orden a la educación y a la configuración de esta etapa formativa. Primeramente la filosofía quedaba ininterrumpida con el curso de tres años seguidos. En segundo lugar, el noviciado quedaba postergado un año. A partir de ahora se haría, no después de dos años de filosofía, como ya iba siendo tradición, sino después del trienio de filo­ sofía. Los jóvenes pasarían al noviciado con un año más de estudio y for­ mación. Nunca se pensó dar marcha atrás en este sistema. Por este aco­ plamiento en el curso 1951-1952 no hubo novicios clérigos. Este es el esquema general que encuadra nuestra historia. Pero el se