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CAPITULO CUARTO Las casas de formación El pulso y la salud de la provincia, para tranquilidad o preocupación, en pocos signos aparecerán más sensibles que en las casas de formación. Nava­ rra ha ocupado un puesto pionero en la estadística de la orden; ha man­ tenido hasta años muy recientes sus estudios autónomos con abundancia de alumnos y profesorado. El haber optado por integrar nuestros alumnos de los cursos superiores de la carrera eclesiástica en centros constituidos no significa, sin más, una evolución de criterios de formación. Ha sido, ante todo, una necesidad imperativa, urgida por la escasez cuyas consecuencias no estamos hoy en condiciones de discernir. Estas líneas, que hacen crónica de 25 años, quieren presentar al lector una visión panorámica, lo más objetiva que alcanzamos, de la evolución de este período, abierto al futuro. I. D irectrices de formacion en la provincia 1. Plan de estudios y plan de formación La provincia tenía su plan de estudios aprobado por el definitorio ge­ neral el 7 de noviembre de 1928. Pocos años después hubo que retocar el