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2 4 6 Capítulo I I I — Fraternidades pación han sido: los comedores de san Antonio, donde un centenar de niños han recibido durante muchos años su principal comida gratuitamente; el dispensario médico, donde un médico y una hermana de la congregación de Santa Ana atendían a los enfermos, desprovistos de recursos y de seguros sociales. Estas dos obras han desaparecido por considerarse innecesarias en la actualidad. El P. Venancio de Huarte Araquil fue el inspirador de una de las obras de mayor envergadura en el barrio: el patronato católico social de Torrero. El patronato edificó el Cine Torrero, numerosas vivien­ das de renta limitada y el Estadium de Venecia. En las bajeras de un grupo de viviendas construido en la calle de Monterregado y Castellón de la Plana y Alicante se encuentra instalado actualmente el colegio de san Antonio. Las obras apostólicas que emprendieron los religiosos estaban inspira­ das por el mismo ambiente social del barrio. Corría a su cargo la consiliaría diocesana de la HOAC y de la Hermandad Ferroviaria de Zaragoza. Daban clases de formación, de religión y de moral en la escuela da aprendices de la Renfe. Atendían la catequesis de todos los centros escolares de los barrios de Torrero y San José. Dependían de ellos tres centros de catequesis. Se hicieron famosas en la ciudad las concentraciones de los niños de esta catequesis, como la gran manifestación de cerca de tres mil niños que con los señores inspectores y maestros al frente hicieron las visitas de jubileo del año santo, edificando a cuantos los contemplaron por su devoción y disciplina. La construcción del edificio ha dado un nuevo perfil a la comunidad. La pequeña residencia, abierta al barrio, donde los religiosos estaban física­ mente en contacto con las obras sociales por la imposibilidad de hacer una separación clara entre la vivienda y los locales puestos al servicio de los niños, enfermos, etc., se ha convertido en un convento de ciudad. Los religiosos viven en completo aislamiento. Aunque no existe clau­ sura en sentido estricto, sin embargo no se ha recuperado la familiaridad de la época anterior. La composición de la fraternidad ha sufrido además fuertes cambios. En septiembre de 1971 hubo que adaptar la constitución de la comunidad al traslado del noviciado. No había espacio para todos los religiosos. Se quería, al mismo tiempo, formar una fraternidad que se ajustase a las exigencias

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