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Trienio 1951-1954 21 que no todo se redujo a oratoria. En sesiones especiales se estudiaron problemas sociales, con atención al capitalismo y al comunismo, preo cupación de religiosos que habían pasado por cursos de escuelas especiali zadas o que trabajaban en ministerios diferenciados. Por encima de las citadas reuniones, el trienio fue conociendo proyec tos y realizaciones de mayor envergadura. Referente a casas de formación, debemos recordar la celebración, por noviembre de 1953, del cincuente nario del seminario seráfico. En la carta del padre provincial con tal mo tivo se vierte, al parecer, bastante literatura, al cantar a «nuestra modesta casa capuchina de Nazaret». Se advierte el deseo de dejar sentado que la provincia no había escatimado sacrificio para atender al seminario. Es incues tionable que se había preocupado hondamente en tiempos difíciles de ham bre y escasez; aunque quizá no todos los superiores de los conventos sentían con igual urgencia dicha ayuda, ya que los tiempos eran difíciles para todos. Quizás se pueda cuestionar si la provincia vio con claridad la necesidad de preparar el personal docente especializado. Como novedad se debe notar la iniciativa de permitir a los alumnos 15 días de vacaciones en sus familias, primera ruptura del enclaustramiento del seminario. El inmueble del noviciado de Sangüesa fue más afortunado en este trienio a la hora de la renovación. Bien lo necesitaba el humilde cenobio capuchino. Se pensó en levantar un piso, aunque pensadas mejor las cosas, se decidieron los superiores a construir un edificio nuevo, con buena orientación, 22 celdas y dependencias varias. Otra iniciativa escogió a Fuenterrabía para un curso preparatorio de humanidades, que desde 1953 comenzó a cobijar a unas dos docenas de niños, en su mayoría de Guipúzcoa y de otras regiones de habla euskera. La experiencia fue cultivada cordialmente, conoció momentos esperanzado- res y dificultades, hasta que se extinguió en el contexto de cambio socio-reli- gioso en 1971. Estas obras fueron realizadas con el menor trastorno posible, ya que se aprovechó la interrupción de un curso, que permaneció un año más en Zaragoza, a fin de formar en este colegio el currículo completo de tres años de filosofía. Decisión importante, para la evolución de los alumnos. Des pués de cinco años de humanidades, en el ambiente recoleto de Alsasua, vivirían tres cursos de filosofía en el marco de un gran convento de ciudad.
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