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Rentería 215 flexib ilidad y adaptación que no se da en un buen porcentaje de personas mayores. No se trata de culpar y menos reprochar al individuo concreto, sino consignar que el cambio, a cierta edad, es muy problemático. Los moldes están bien trazados con diseños ya pasados y d ifíc il de reempla zarlos. No obstante hay que reconocer que se han abierto surcos, gracias a las reuniones y a fuerza de diálogo. Los capítulos locales se convocan con tanta asiduidad como rutina. A excepción de los convocados por cuestiones que atañen a todos, no entu siasma, n i mucho menos, su celebración. E l interés por ellos, más bien, decrece. Fuera de dos ó tres no se interviene mucho en el diálogo. La ex plicación puede ser el escaso interés de los temas y la diferencia de años en la mesa del diálogo. Aunque si profundizamos de verdad, habría que llegar a la conclusión de que la verdadera causa radica en que más que fra ternidad somos grupo. Se interponen resistencias para abrirnos diáfana mente, para comunicarnos mutuamente nuestros éxitos y nuestros fallos, nuestras depresiones y nuestras alegrías. Pero, afortunadamente, no todo es negativo. Se ha avanzado, se han discutido planes en común, aumenta el mutuo conocimiento. Se ha estudiado la nueva legislación y las circulares de los padres general y provincial. Se ha examinado a fondo y replanteado la pastoral parroquial y la vida de fraternidad. Se han hecho muchas cosas partiendo, precisa mente, de los capítulos locales. E l discretorio ha desaparecido aquí del todo. En realidad no tiene más función que la de examinar los libros de misas y de economía. No se le valoriza como para tomar soluciones por su cuenta en lo que atañe a la vida de la casa. Esta fraternidad aún vive en lo que daríamos en llam ar: «convento-in tim idad» con las características tradicionales. Si exceptuamos los bajos que todos ellos están incondicionalmente al servicio de la parroquia y los reci bidores, sacristía, coro de los religiosos, que se utilizan para la catequesis, todo lo demás, del segundo piso en adelante es de rigurosa clausura. La biblioteca, muy reciente, sin mucha carga de sabiduría, es de uso ex clusivo de los religiosos. Por excepción se ha dejado algún lib ro a personas muy contadas y para mal, pues ha desaparecido algún tomo de colección que hubo que completar,
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