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214 Capítulo I II — Fraternidades Caviedes. E l «C risto» costó 250.000 pts. Y es donación de la Sra. Benigna Orbea. Hay que hacer constar que este C risto ocupa el lugar que le corres pondía al C risto inacabado del artista zumayano Beobide. Las dimensiones de la iglesia son de 45 x 19,50. Y si añadimos la sacristía, son 47 metros de longitud. Cuando se estaba levantando la nueva iglesia, el obispado solicitó nuestra colaboración para atender espiritual mente a los fieles de la barriada que se iba agrupando por los alrededores de nuestra casa. Desde el primer momento quiso que nuestra iglesia fuese parroquia. A partir de esta fecha cambia de fisonomía el convento. La tarea fun damental de los primeros años consistió en atender al confesonario. Se acercaba mucha gente de la v illa y de los pueblos vecinos. También se aten día especialmente a los enfermos y se impartía la catequesis a un grupo de niños. Con la responsabilidad de las tareas parroquiales se ha ampliado el quehacer pastoral de los religiosos. Las confesiones, tan numerosas en tiempos, han decaído casi hasta desaparacer. La fraternidad de Rentería no es joven. Un dato, por lo demás, muy significativo. Aunque al exterior no aparezca la amargura y sí tal vez una como aceptación de los nuevos caminos, en el fondo se nota añoranzas del pasado. No se admite, como quiera, la diversidad en el modo de vestir, en los diversos modos de entender el trabajo y la falta de horarios más exactos para los actos comunes. Todo ello produce un malestar real, si bien no se manifiesta. Algunos piensan que se ha despojado a la vida religiosa de su seriedad, de su capacidad para el sacrificio, y que se la quiere hacer compatible con los aires y novedades del mundo. Se acusa cierta tendencia a juzgar algunas formas de apostolado más como inclinación temperamental que otra cosa. Por el contrario, hay quienes lo ven de otra manera, ya que lo humano entra también en el área de una verdadera actividad pastoral y de compro miso y puede muy bien servir de base espiritual para la propia santifica ción. Las nuevas constituciones, las directrices del consejo plenario de la orden y lo mismo digamos de las normas de los capítulos extraordinarios se admiten como letra hermosa, como bella teoría. Llevar a la práctica su contenido, sin antes mentalizar, es d ifícil. Y esto exige una capacidad de
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