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2 1 0 Capítulo I I I — Fraternidades nía ha contribuido, en su tiempo, al esplendor del culto de la iglesia y ha esparcido en incontables ocasiones el apostolado del arte y de la alegría dentro y fuera de la nación, con éxitos clamorosos. De sus filas han salido muchas vocaciones a la orden capuchina. La juventud de San Antonio ha derivado hacia una sociedad deportiva y folklórica. Cuenta con un equipo de Balón-mano en la división de honor. A ella se debe, entre otras muchas iniciativas, la restauración del Olentze- ro que recorre las calles de Pamplona todos los años el 24 de diciembre, anunciando la navidad. A l tratar de esbozar los rasgos característicos de la fisonomía de esta fraternidad, hay que destacar el papel maravilloso que desempeña este convento, como hospedería provincial, para los religiosos de la provincia en su paso obligado por m il y una razones. Hechos y personas que merecen un recuerdo especial en estos 25 años Nos es grato destacar a los religiosos que en este lapso de tiempo han celebrado sus bodas de oro en la vida capuchina. Y son los siguientes: F r. Ignacio de Yaben, 1955 P. C risp ín Pérez de Obanos, 1961 P. Venancio Ros, 1964 P. Felipe de M urieta, 1964 F r. Pedro Iju rco , 1965 P. Ricardo Ezcurra, 1968 P. Salvador Pol, 1970 P. Gabriel Ochandorena, 1974 Llegaron a las bodas de diamante en la vida religiosa: P. Gumersindo Zubeldía, P. Hermenegildo de C iáurriz, 1957 P. H ila rio Olazarán, 1969 P. C risp ín Pérez de Obanos, 1971 P. Venancio Ros, 1974