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166 Capítulo I I I — Fraternidades un primer título académico. Fue un comienzo muy positivo. Pero no se pudo continuar por motivos ajenos a los organizadores. No obstante v iv ir la fraternidad centrada fundamentalmente en la vida y en el trabajo interno que le marca y exige la atención del seminario, hay que reconocer que las actividades que hemos señalado han mantenido siempre a los religiosos abiertos a los hombres que los rodean, con sus problemas y con su vida concreta. Hay que añadir, en este sentido, la opor­ tunidad que ofrece la asistencia a los enfermos para la comunicación y la participación en la vida de estas gentes. Se ha atendido y se atiende con verdadero esmero a todos los enfermos del barrio. Ocasión inmejorable para llegar a las fam ilias. Terminamos estas notas indicando el trabajo que la fraternidad ha ido realizando estos últimos años en su voluntad de ir conociendo y estar al tanto de las nuevas orientaciones y las nuevas exigencias que van marcan­ do los intentos de renovación que brotan en la Iglesia y en la orden. A lo largo de cada curso, principalmente durante la cuaresma, la fraternidad reunida ha estudiado las nuevas constituciones, los consejos plenarios de la orden, los capítulos extraordinarios provinciales y general. La fraternidad de Alsasua, dentro de su vida dedicada al seminario, ha encontrado tiempo para v iv ir esta actividad apostólica particular de cara a las gentes del barrio y del pueblo, de la zona de la Barranca, y de otros campos más lejanos. I I . A lza Limitamos este trabajo a los datos imprescindibles, por haberse tratado con amplitud de detalles en un estudio realizado por el P. José Luis Orella, aparecido en el Boletín oficial de la provincia 30 (1975) en prensa La fraternidad de Alza es reciente y sus comienzos se remontan al año 1966. Tras una serie de preámbulos de rigor y el consiguiente cruce