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En busca de la identidad 133 sarrolla la existencia humana. El mundo, en cuanto obra de Dios (mundo físico) y obra del hombre (mundo cultural) no aparecía como opues to al espíritu, y lleno de peligros para la salvación de los hombres. Era visto más bien como lugar de la existencia humana, que debía ser querido, aceptado y mejorado por el hombre. El cambio en la vida religiosa consagrada. Los religiosos habían buscado desprenderse del caparazón que recubría los valores sustanciales de la con sagración religiosa y habían vuelto su atención al evangelio y al pensamien to de los fundadores para rescatar lo fundamental y básico y abandonar lo accidental y atávico. La orden había aceptado el reto del cambio desde el momento en el que se había convocado un capítulo extraordinario que se celebraría en 1968 y en el que se replantearían fundamentalmente las nuevas consti tuciones. Desde el momento en que la orden se declaraba en una situa- tión de alguna forma constituyente se debilitaban una serie de estructuras que sostenían y regulaban la forma de vida capuchina. Las constituciones anteriores quedaban desvirtuadas, se consideraba inadaptado el ceremonial litúrgico, los manuales demostraban su incapacidad de remansar la vida de las comunidades y de los individuos. En consecuencia, se abría un tiem po de cierta anarquía, muy propicio para las desorientaciones y las ten siones por la falta de cuadros de referencia claros y fijos que regulasen la conducta de los particulares. La provincia de Navarra-Cantabria y Aragón había acusado fuertemen te una serie de cambios que, en unos casos, rompían con el hermetismo re ligioso de otras décadas y, en otros, afectaban a aspectos fundamentales de la vida religiosa, como los votos. Hacia 1968 los cambios más importantes que se habían introducido eran: a) Cambio en la «estampa del capuchino» que había sido tan mimada y defendida en décadas anteriores. Los religiosos, sobre todo los jóvenes iban asimilando sin dificultad un perfil secularizado, en el que desaparecían elementos inconfundibles como la tonsura, la barba, el hábito, los pies descalzos. b) Cambios en la vida interna de la comunidad que afectaban a ele mentos de la vida contemplativa, como los maitines a media noche. Los
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