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114 Capítulo I — Cinco lustros san Damián. En octubre de dicho año, los religiosos destinados a la misma presentaron su plan de vida religiosa y apostólica. Todo se. consolidó al intervenir el arzobispado, abriendo en una bajera un lugar de culto, y alqui- riendo la orden un piso, en el que vivieran los religiosos. El próximo ca­ pítulo tendrá que estudiar la marcha de esta fraternidad para darle la aprobación definitiva. Desde el trienio anterior se pensó seriamente en hacer la experiencia de vida de fraternidad en medio rural. Entonces fallaron los intentos. Ahora, se estudiaron diversas propuestas llegadas desde las diócesis de Zaragoza o de Teruel. Por ejemplo, para la zona de Daroca. Pero estas proposiciones diocesanas nunca han sido demasiado claras. Por parte de la provincia no ha parecido solución destinar a un religioso para aislarlo en la vida de una parroquia; se ha exigido la zona y un equipo; por otra parte, nunca se ha conseguido formar dicho equipo, ya que se desguarne­ cían otros puestos importantes. Otra área que puede servir de indicador de renovación fue señalada por el capítulo con el título deuso social de los bienes. En otras palabras, poner a disposición de obras sociales de la gente humilde determinadas áreas de nuestros conventos y huertas. Se ha centrado la atención en Za­ ragoza - San Antonio y en Fuenterrabía. Desde enero de 1973 se pensó en la transformación de Zaragoza; se edificaría una residencia nueva para religiosos, y todo el inmueble quedaría para obras sociales de enseñanza, de asistencia o de residencia. Así lo vio el definítorio; pero posteriormente se han interferido otros proyectos y otros puntos de vista, sin llegar a nin­ guna solución definitiva. De momento, durante algunos cursos, la frater­ nidad ha dado acogida en el antiguo colegio a estudiantes seglares en con­ diciones muy ventajosas. Para Fuenterrabía se han manejado también diversos proyectos, siempre muy mediatizados por circunstancias exter­ nas de urbanismo. Fue objeto de consideración de un consejo provincial, lo mismo que la cuestión de Zaragoza, pero sin soluciones. Por iniciativa del superior de Fuentarrabía fueron convocados todos los religiosos gui- puzcoanos para estudiar la transformación, quedando en firme algunas bases para la misma. Pero el indicador más elocuente de cara al cambio es la consulta reali­ zada en toda la orden para la renovación de la misma. Los resultados fueron estudiados en el capítulo general extraordinario de 1974. La provincia

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