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Trienio 1972-1975 111 3. Gobierno personal y colegial Supuestos estos contextos, descritos con inevitable simplificación, cabe adentrarse en la marcha general de la provincia, comenzando por el gobier no de la misma. Se trataba de un provincial reelegido y que no necesitaba rodaje. Joven y con experiencia acreditada. La volvió a enriquecer con la visita a todos nuestros campos de apostolado de ultramar, organizada a poco de su reelección, y con el contacto de las fraternidades. Giró una primera visita pastoral en el otoño de 1973 y dos en primavera y otoño de 1974. Estas visitas presentan un panorama distinto. No terminan en los temas, grandes o pequeños, de cada fraternidad, sino aportan a la mis ma toda la dinámica de renovación de la orden y de la provincia. Así en la de 1973, la preocupación por la formación permanente, por la vida de oración, la actividad apostólica nacida de la vida eucarística y fraterna; En la de otoño de 1974, el padre provincial y el secretario de visita, P. Florencio Rubio, ambos representantes de la provincia en el capítulo general, dieron un verdadero curso sobre el mismo, y sobre el contenido profundo de los problemas tratados en él: la consulta realizada en la orden, la carta de Pablo V I al capítulo, la penitencia y continua conversión, la pluriformidad en la unidad, autoridad y obediencia caritativas, vida apostólica y cues tiones de índole jurídica. Variados aspectos de gobierno quedan recogidos en la corresponden cia a los religiosos; no tan extensa como en el primer trienio, pero de singular calado en algunos casos: la carta sobre formación permanente, la de programación del curso 1973, la referente a vacación y actividades de 1974, la dirigida al consejo provincial y luego a toda la provincia en febrero de 1975 y la dedicada a preparar la celebración de las bodas de diamante, quedaron como documentos esenciales a la hora de analizar el gobierno y la renovación. Esta tarea no ha impedido al provincialinter venir en las actividades de la confederaciónde religiosos, tanto en la junta deMadrid como en la regional, lo que le ha servido para estar al tanto de los problemas de la vida religiosa. Aunque no deja de haber religiosos que encuentran inconvenientes a esta dedicación extraprovin- cial. Se aprecia que durante el trienio ha crecido sensiblemente la actividad definitorial. Hemos contado 22 reuniones, incluida la celebrada el día 10
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