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Trienio 1969-1972 101 consejo provincial, del que salió una comisión coordinadora, que resultaría muy eficaz en la preparación. La labor en las fraternidades, que votaron la prioridad de temas. La preparación de doce temas en perfecta armonía crítica, a cargo de pequeñas comisiones de religiosos capitulares; cada tema cristializó en una ponencia base, que fue entregada a cada capitular. La organización del capítulo por grupos de estudio, verdaderos artífices de la visión plena de los temas y su reducción a acuerdos concretos, que luego serían votados en la sala después de un estudio, casi puntilloso, de cada idea y de cada expresión. Finalmente, la comisión de redacción literaria fina, que trabajó en la presentación del documento final, titulado «Acuerdos del primer capítulo provincial extraordinario de la provincia capuchina de N. C. A.» Después de la aprobación de la curia general, fueron impresos y repartidos a los religiosos. Eran 110 acuerdos de fondo, y tres adi­ cionales. El capítulo se celebró sin presidencia oficial enviada desde Roma, pero con una mesa de presidencia muy eficaz. Participaron 60 religiosos capitulares y algunos observadores, que llegaron de otras provincias. Todos sus actos fueron recogidos minuciosamente por nuestros órganos de in­ formación, sobre todo, por el Boletín Oficial. Se puede decir que el acon­ tecimiento tuvo preocupada a la provincia durante varios meses de pre­ paración y que hizo forjar muchas ilusiones. Se preparó con seriedad y con la mayor competencia posible. Creemos que se hizo todo lo que se pudo; quizá quedaron ideas personales soterradas y sin aflorar; pero se puede afirmar que en aquel momento no se pudo hacer más. La ejecución fue dinámica y comprometida. Los religiosos demostraron un aguante poco común, al encerrarse en una casa de ejercicios durante toda la navidad, sin salida ni evasión. Los acuerdos fueron realistas, aunque vistos con cierta perspectiva, quizá se nota en algunos la fugacidad de ciertas tesis y orien­ taciones del momento. El capítulo no quedó en letra muerta. Se caminó hacia la ejecución con valentía. Se explicó los acuerdos a todas las fraternidades. Marcó muchos caminos de renovación. Incluso se pudo comprobar que en muchos temas iba por delante del consejo plenario de la orden. Este capítulo sigue in­ fluyendo, aunque no aparezca en primer plano en las referencias y en las actuaciones. Quiero decir que pudo conseguir mayor vigencia y aplicación, y sobre todo, mayor continuidad. Esto no obsta para que se le pueda se­ guir mirando como a hito importante en la marcha de la renovación.

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