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Los Capuchinos en la Península Ibérica el 30, los de Granada y Córdoba; el 31, el de Jaén, y, para me­ diados de septiembre, el de Sevilla. Y así prácticamente, para finales de septiembre, los conventos de Andalucía estaban ya clausurados. En orden a su destino posterior, cabe decir que, en gene­ ral, se conservaron bien tanto los conventos como las iglesias, pasando varios de ellos a propiedad particular. Así se salvaron por fortuna, casi intactos los de Ubrique, Málaga, Cádiz, y con desperfectos los de Antequera, Sanlúcar, Córdoba y Sevilla con sus respectivas iglesias. Por otra parte, el de Sevilla fue des­ tinado a hospital de coléricos; el de Cádiz, a manicomio; el de Jerez, a asilo de niños y el de Granada, a casa de vecinos du­ rante 60 años hasta que lo tomaron los religiosos en 1897. 103.—f) Navarra-Cantabria. En las provincias vasco-nava­ rras, los religiosos se vieron implicados en las guerras carlistas y, por consiguiente, fueron particularmente perseguidos por los liberales. Debido sobre todo a los vaivenes de la-s contien­ das, es d ifícil establecer fechas y determinar hechos. Pero se sabe que el convento de Pamplona fue desalojado el 5 de agos­ to de 1834, refugiándose los religiosos en Lesaca y Bértiz; el de Vera fue abandonado por su guardián el P. Esteban de Adoain con 3 sacerdotes y un hermano el 5 de abril, los once religiosos restantes fueron embarcados rumbo a Santander, pero el convento fue incendiado en septiembre del mismo año; igualmente fueron desalojadas los conventos de Fuenterrabía (mayo 1835) y de Rentería (marzo 1835); en el de Tudela continuaron los religiosos hasta 1836, así como en el de Los Arcos, Cintruénigo y Peralta; pero, debido a la protección de los carlistas, todavía volvieron a instalarse en los de Pamplona, Lerín , Los Arcos y Estella, los cuales fueron abandonados de­ finitivamente después de julio de 1839. En cuanto a la suerte que cupo a conventos e iglesias fue la siguiente: el de Pamplona se destinó a viviendas y la iglesia a almacén; la iglesia de Fuenterrabía se conservó relativamen­ te bien, pero el convento fue convertido en viviendas; el de 70

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