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Los Capuchinos en la Península Ibérica biografía de hombres eminentes, o por su gobierno o por su ministerio. Pero aun así no vislumbraremos esa acción social de la fraternidad capuchina en la exclaustración y en el exi­ lio. Desde una visión general, parece cierto que el tiempo de la exclaustración no fue baldío. Pasados los peores años, ve­ mos volver a los conventos, tanto en España, como en el ex­ tranjero, hombres de talla eminente, cargados de odisea, pe­ ro también de méritos, de experiencia y de empuje. Sus cri­ terios podían ser dispares; veían la vuelta a la vida religiosa de distinta manera; pero la mayoría apoyaron el hombro y comenzaron la restauración. Ahora bien, en este entretanto, habían sucedido en la península profundos cambios sociales, que acentuaron los antagonismos entre absolutistas y liberales, entre conservadores y revolucionarios, entre reaccionarios y progresistas, entre carlistas y cristianos, entre monárquicos y republicanos. En ese ambiente nacieron y arraigaron los movimientos obreros, arropados en las Internacionales y que presentarían una fisonomía anticlerical e incluso atea. Es el momento en que la acción social se irá convirtiendo en la “ cuestión social” , que desorientaría no poco a los religiosos que vivían en la exclaustración y a los que se aprestaban a la restauración. c) Acción social durante la restauración 923. La restauración fue un período complicado, en el que comenzó casi de la nada la nueva presencia de los capu­ chinos en España. Fue necesario superar grandes dificultades internas, ya que se había roto la continuidad y los religiosos sobrevivientes se movían en planos muy divergentes respecto a la fisonomía capuchina en un medio transformado. Tam­ bién fue necesario remontar casi insuperables dificultades ex­ ternas para ganarse la voluntad de las autoridades, recobrar los inmuebles, hacerlos habitables e iniciar la acción apostóli­ ca. En este contexto se comprende que una acción social de los capuchinos se presentó muy escalonada. El peligro ace­ chaba desde un proyecto de restauración anacrónica o sin personalidad. Creemos que fueron superados los dos polos y los mentores de aquellos primeros momentos supieron adop­ 448

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