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Los Capuchinos en la Península Ibérica las leyes civiles obediencia pronta y universal, enseñando a hijos y subordinados a que amen al rey, le respeten y obedez­ can; paguen los tributos, “ enseñando a todos que esta es la obligación más sagrada de todo ciudadano...” , evitando fraudes y contrabando... El ciudadano tiene obligaciones propias de su estado: “Qual es amo, que debe amar y asistir a sus criados, tratándoles con afabilidad y cortesía, pagándoles puntual­ mente su salario y exigiendo de ellos todo aquel trabajo que corresponde a su jornal” . Estas relaciones se especifican más en otras pláticas; una se titula “De las obligaciones de los amos para con los criados” . Esta diferencia social es una “adorable disposición” de la providencia, que desde la eterni­ dad determinó a cada uno el estado que debía tener sobre la tierra y que el de los criados es por lo común un efecto de la misericordia de Dios, que quiere salvarlos por la humillación y la paciencia. Por supuesto que el Padre Santander no con­ funde un criado con un esclavo y exige que se le pague con prontitud lo convenido. Incluso sostiene que pecan mortal­ mente los amos que en calamidades públicas reciben criados a precio más bajo que el ínfimo, por no ser jornal justo. Y se recuerdan otras obligaciones. Ahora bien, la orientación ini­ cial de esta plática vuelve a ser recordada en la dedicada ex­ presamente a los criados, al presentarles su situación “ como expresión de su adorable Providencia para salvarlos” . Expone una casuística numerosa sobre los pecados de dichos criados y termina con este apunte sociológico: Apenas se entra en una casa o se pasa por un pueblo, se escuchan las quejas más amar­ gas contra los criados. Les acusan de atrevidos, de palabras insolentes, de que se revuelven contra los amos, no trabajan, no cuidan las haciendas, quieren salarios exhorbitantes y aban­ donan a los amos cuando más les necesitan por una leve desa- zoncilla. “No Obstante yo debo decir en obsequio de la verdad que de todo se escucha en el mundo” (véase n° 446). 909. De estos datos no puede hacerse todavía ningún ba­ lance definitivo; pero ahí quedan algunos indicios, de teoría, de mentalidad y de sensibilidad durante el antiguo régimen. No aparecen temas que eran discutidos en otras corrientes 442

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