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Los Capuchinos en la Península Ibérica edificios sólidos que acogiesen y estimulasen la vida claustral, no obstante la rémora de religiosos nostálgicos, que añoraban los tiempos primeros. En estos primeros decenios del siglo XVIII apareció el “ estilo capuchino” , conocido ya en Italia, pero acomodado a los ambientes ibéricos. Dicho religioso pudo realizar sus proyectos gracias a la colaboración del arquitecto fray Luis Blay de Barcelona. 886 . Una plazuela servía de antesala para crear ambiente delante del cenobio. Limitaba con la linde del camino, del sen­ dero o del campo, sin discontinuidad. En ella sobresalía un descarnado signo: sobre una tosca base de piedra, se elevaba una cruz de madera, sin refinamiento y sin crucifijo. Más que para orar ante ella, servía para ir sacralizando el entorno. En noches claras y tibias, esta plazuela atraerá a los espíritus ro­ mánticos. Algo alejados velarán a la cruz unas hileras de cipre- ses o de árboles propios de cada región. 887. Desde la plazuela se accede a la iglesia. Ante ésta po­ día elevarse un sencillo pórtico de tres arcos; no era concesión suntuaria, sino servicio contra los elementos del clima peculiar de la región. La fachada de la iglesia era lisa y pulida y termina­ ba en las vertientes del tejado; en el vértice se colocaba una pe­ queña cruz de madera. Esta terminación podía adquirir la va­ riante de una humilde espadaña, que servía de nido a la campa­ na conventual, pulso de la actividad del convento y voz hacia la campiña o hacia la población. En la fachada se podía leer al­ guna inscripción relativa a la comunidad religiosa, por ejemplo aquella tan conocida: “Congregavit nos in unum Christi amor” . 8 88 . El interior de la iglesia capuchina fue siempre de una sola nave; en general sin crucero y sin ninguna clase de cúpula; aunque en este elemento podían darse y se dieron muchas ex­ cepciones. De hecho no son pocas las iglesias, sobre todo un poco posteriores, en que la iglesia fue modelada como una cruz latina, con un sencillo crucero e incluso con una pequeña cú­ pula en el centro, sin que apareciese al exterior. Esta nave co­ nocía adosadas varias capillas. Unos arcos de medio punto da­ 432

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