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Apostolado Misionero 768. Los frutos más concretos de su apostolado total se re­ ducen de estas cifras. Al iniciarse en 1886 había en ambas Ca­ rolinas un total de 40.000 almas, siendo muy reducido el nú­ mero de católicos; en tanto que, al retirarse en 1904, el núme­ ro de éstos ascendía a 10.493. 769. Antes de esa fecha, en 1899, las Carolinas fueron ven­ didas por el gobierno español a Alemania; sin embargo los mi­ sioneros españoles continuaron allí hasta 1904, en que, por de­ creto de la Congregación de Propaganda Fide (7 noviembre 1904), se hizo cargo de la misión la provincia alemana de Re- nano-Westfalia. En consecuencia, una vez establecidos los ale­ manes, algunos españoles marcharon a Manila o regresaron a , España, mientras otros prefirieron continuar allí. El número total de los que en Carolinas estuvieron de mi­ sioneros se acerca a los cuarenta, perteneciendo a diversas pro­ vincias españolas, por estar todas comprometidas a proveer de religiosos esta misión. 770. Finalmente, debe destacarse el interés de los misione­ ros por el aprendizaje de la lengua de los naturales. Fruto de ese esfuerzo fueron estas obras impresas. La de Antonio de Va­ lencia, Primer ensayo de gramática de la lengua de Yap (Caroli­ nas occidentales) con un pequeño diccionario y varias frases en forma de diálogo, Manila, 1888, y las de Agustín de Ariñez, Catecismo de la doctrina cristiana hispano-kanaka, Manila, 1893, y Diccionario hispano-kanaka, Manila, 1892. B IB L IO G R A F IA Analecta Ordinis Fratrum Minorum Capuccinorum 2 (1886), 147-148; 12 (1896), 145-146; 20 (1904) 80; 21 (1905), 108. Anuario de las misiones de los Padres Capuchinos de laprovincia de Navarra-Can- tabria-Aragón. Año 1934, 33-38. BERNARDINO DE ARBEIZA, Reseña histórica de los Capuchinos en Filipinas, Pamplona 1969,45-46. 383

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