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Apostolado Misionero 750. En varios pueblos del oriente venezolano ejercieron un fructífero apostolado Valentín de San Juan y Olegario de Barcelona, trasladados más tarde a Caracas, donde falleció el primero en 1874, y el P. Olegario en 1900, a los 85 años, después de levantar el grandioso templo dedicado a la Divina Pastora en la capital, y que tanto llama la atención al visitan­ te. 751. En el mismo oriente, sirviendo en distintas parro­ quias, trabajaron con celo apostólico Bernardino de San Hi­ pólito, Joaquín de Arenys, Arcángel de Tarragona y Juan de Figueras y, sobre todo, Nicolás de Odena, de vida ejemplarí- sima, que durante 52 años estuvo encargado de la importan­ te población de Contaura. 752. Otros religiosos fueron destinados a varias diócesis, como Simeón de Villafranca, que fue a la de Valencia; él re­ construyó la iglesia de San Francisco, más tarde donada a los capuchinos. También en la diócesis de Maracaibo trabajó Maximiano de Finestrat, como asimismo Antonio Francisco de Barcelona y Nicolás de Igualada en los pueblos del Pao y Tina­ co, próximos a San Carlos de Cojedes. En el Pao construyeron un convento de religiosas servitas y un colegio de niñas. Los restos mortales de ambos fueron sepultados en la iglesia parro­ quial. 753. En honor a la verdad hay que decir que, dado el inte­ rés del gobierno por la restauración de las misiones del Caroní y Río Negro, fueron también destinados a esta región Joaquín de Valls y José María de Mondragón que, expulsados al poco tiempo por un jefe político, huyeron por Brasil a Guatemala. En Río Negro trabajaron asimismo Manuel María de Aguilar, Antonio de Valdepeñas, Fidel de Vidrá, Antonio de Figueras e Ildefonso de Reus, pero tuvieron que retirarse prontamen­ te por enfermos, menos Figueras y Reus que aun continuaban en 1847. 375

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