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Los Capuchinos en la Península Ibérica vil de los capuchinos, sobre todo en Valencia y Aragón, resultaba bastan te comp rometida. Tal vez Felipe II hubiera to ­ mado una decisión con tra ellos a no estar po r medio la venera­ ble figura de San Juan de Ribera. Aconsejados sin duda po r el arzobispo, dirigieron más tarde a Felipe III xin memorial, ex­ pon iendo en él que ten ían ya conventos en los reinos de Valen­ cia y Aragón así como en el principado de Cataluña y conda­ dos de Cerdeña y Rosellón, y que, para ir fo rmando provincias y qu e de ellos resultase mejor observancia y ejemplo, solicita­ ban “ irse ex tend iendo en los dichos reinos, principado y con ­ dado s ” . Felipe III, deb idamen te in fo rmado , les concedió la gracia pedida. 38. Al amparo de la misma, los Capuchinos continuaron-la fundación de nuevos conventos en los reinos de Aragón y Va­ lencia, como fue ron los de Alicante (19 noviembre de 1599), Ollería (27 mayo 1601), Segorbe (1601 ) y Alcira (25 marzo 1602). Al mismo ritmo con que fueron aum en tando tan rápida­ men te los conventos, pues desde 1597 a 1602 se fundaron ocho, más el de Biar que no subsistió, aum en tó igualmente el personal; he aqu í la estadística de esos años: Fecha Conventos Sacerdotes Predicadores Clérigos Hermanos Total 1599 5 14 3 8 10 32 1602 8 30 6 10 21 61 39. Como ya se hizo ano ta r an terio rmen te, en ese tiempo debió suceder algo ano rmal en cuan to al gobierno de los con ­ ventos de Valencia. Lo cierto es que en el Cap ítu lo general de 1602 se prescribe que “ la provincia de Valencia se uniese a la de Cataluña y que toda la co rona de Aragón, es a saber, Catalu­ ña, Aragón y Valencia, fuesen una sola provincia, cuya cabeza sería Cataluña, y en Aragón y Valencia, el que fuese Provincial pusiese allí Comisarios que en todo le estuviesen sujetos” . 40. Lo que quiere decir qu e en tonces, 1602, Valencia no 34

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