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Los Capuchinos en la Península Ibérica 698. Además, resolvieron el problema económico, ya desde un principio, instituyendo los tan ponderados hatos, donde lle­ garon a reunir más de cien mil cabezas de ganado vacuno. Por lo que Alvarado pudo afirmar: “ El progreso que ha tenido la provincia de Guayana es debido a los capuchinos” , agregando Humboldt: “ Aquel régimen extraordinario elevó a esta región del Caroní al más alto grado de prosperidad y bienandanza” . 699. Ni descuidaron en modo alguno la educación e in- trucción, organizando escuelas donde los niños aprendían a leer, escribir y aun música; y, por lo que mira al aspecto reli­ gioso y enseñanza de la doctrina cristiana, formaron catecis­ mos, confesionarios y vocabularios, por medio de los cuales, en la propia lengua de los naturales, les instruían debidamente. Consecuencia de todo fueron los documentos lingüísticos que nos han dejado. En primer lugar: vocabulario de español a caribe, bilingüe y muy bien trabajado, al que sigue un tratado gramatical y diversas oraciones e instrucciones. También, Vo­ cabulario para la lengua aruaca, bilingüe y completo; igualmen­ te otro de español a guaraúno, para los habitantes del bajo Ori­ noco, y, por último Breve compendio de nombres sustantivos y adjetivos o términos más comunes para entender la lengua pariagota por el abecedario, con algunas notas o advertencias. 700. El Consejo de Indias enjuició así esta misión de Gua­ yana: “ La mesa puede asegurar que estas misiones de los ca­ puchinos son tal vez las más bien servidas y desempeñadas” . Y, a propósito de la misma, escribió el historiador venezolano Duarte Level: “ Sobre la tumba de los capuchinos Venezuela está obligada a depositar coronas de agradecimiento. A ellos les debemos no haberlo perdido todo; hasta donde llegaron los religiosos en su misión evangélica, puede decirse que llegaron nuestras fronteras. Al plantar la cruz, fijaron los linderos de Venezuela” . Sin embargo triste es consignar que el 7 de mayo de 1817, en el pueblo misional de San Ramón de Caruachi fueron igno­ miniosamente sacrificados por los “ patriotas” los últimos vein­ 352

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