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Los Capuchinos en la Península Ibérica plantaciones de tabaco, y de destruir la natural indolencia de los indios, todo esto a nadie se debe más que al celo, actividad, sudores y constancia de los capuchinos aragoneses” . 669. Ni se contentaron con eso. Los pueblos fundados y que aun subsisten, son una prueba fehaciente del esfuerzo y de la tenacidad con que trabajaron aquellos religiosos, y son al propio tiempo testimonio de eso mismo y de su cultura las magníficas iglesias levantadas por ellos y que han resistido la acción del tiempo. Por otra parte también hablan muy alto de su amor al arte, a la pintura y escultura, las abundantes imáge nes con que adornaron las iglesias, muchas de ellas de talla, po licromadas y estofadas, crucifijos de marfil, etc., y los cuadros con que profusamente llenaron los altares. 670. No fueron tampoco los misioneros destructores de la cultura de los indios sino quienes la conservaron y luego trans mitieron. Gracias a sus relaciones y noticias conocemos cuanto ha llegado a nosotros de las costumbres, modo de vivir, reli gión, psicología, etc., de los mencionados indios, y más que to do las lenguas que ellos hablaban, especialmente la chaima. Porque no sólo la aprendieron para llevar mejor a cabo la obra evangelizadora, sino que, por medio de valiosos escritos, la transmitieron a la posteridad. Los misioneros de Cumaná fue ron en todo eso ejemplares, dignos de alabanza y admiración. 671. Así el primer documento en lengua chaima conocido es de uno de ellos, José de Carabantes, que, además de cono cer a perfección la lengua, compuso catecismo, sermones y otros escritos que no han llegado a nosotros. Otro tanto se diga de José de Nájera. En este sentido la obra más importante se debe a Francis co de Tauste: Arte y vocabulario de la lengua de los indios chaimas, cumanagotos, cores, parias y otros diversos de la pro vincia de Cumaná o Nueva Andalucía, con un tratado a lo úl timo de la doctrina cristiana y catecismo de los misterios de nuestra santa fe católica, traducido de castellano en la dicha lengua indiana, Madrid, 1680. 3 4 0
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