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CARACTER MISIONERO DE LA ORDEN 617. En este aspecto debe afirmarse una vez más que la Orden Franciscana, por expresa voluntad de su fundador, es esencialmente apostólica y eminentemente misionera, y, por lo tanto, que también la vigorosa rama del árbol franciscano, la de los Capuchinos, no sólo lo es sino que, en el correr de cuatro siglos y medio, no ha desmentido ese carácter esencial y específico, como tampoco los capuchinos ibéricos han he­ cho traición a esa vocación misionera en los cuatro siglos de vivencia en nuestra península. Sin embargo ese ideal, reflejado ya de modo explícito en el contenido de las Constituciones de 1536, no pudo traducir­ se en realidades concretas sino después de bastantes años. 618. Algo semejante ocurrió con los Capuchinos ibéricos. Antes de lanzarse a ese apostolado externo, fue preciso conso­ lidarse primero, formando provincias con personal adecuado y abundante, y luego, que se presentase ocasión propicia. Es­ ta se ofreció al celebrarse Capítulo general el uno de junio de 1618, y, por lo que atañe a lo primero, estaban ya los capuchi­ nos bien consolidados en nuestra patria, donde habían estable­ cido, en cuarenta años, cuatro provincias, con un total de 916 religiosos y 54 conventos. 619. Es verdad que ya antes de esa fecha, 1618, no falta­ ron religiosos españoles que manifestaron deseos de ir a tierras de infieles, anhelando su conversión, pero fue entonces cuando 321

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