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ActividadApostólica quienes lo delataron a la Inquisición, que lo prohibía en 1760. A partir de este año desaparece el predicador gerundiano, y aparece ya desfasado el sermón cuajado de textos latinos, citaciones bíblicas forzadas o aplicadas ridiculamente para dar gusto a la cofradía o al patrón que había encargado la predicación. 538. Los superiores capuchinos aprovecharon inteligente­ mente la reacción para restaurar el ejercicio de las misiones populares con la fundación de seminarios de misioneros, los modelos y guías de la restauración del apostolado. Por inicia­ tiva del P. Pablo de Colindres, hijo de Castilla y ministro ge­ neral de la Orden, se funda en 1763 el seminario de Sanlúcar de Barrameda, el de Monóvar en 1764 y el de Toro al año si­ guiente. Algo más tarde se extienden las fundaciones a Borja (Aragón) en 1771, y aLerín y Vera (Navarra) en 1797, y al fi­ nalizar el siglo a Caleda-Pineda en Cataluña. La finalidad de estos seminarios, reservados a pocos (por ejemplo el de Toro, uno de los mejores, nunca bajó de 15 misioneros) era la forma­ ción integral, espiritual y ministerial, del misionero. La prepa­ ración científica o ministerial era intensa y permanente, y sobre todo práctica. Los misioneros salían a misionar por tur­ nos anualeSj desde la fiesta de Todos los Santos o Adviento hasta Navidad y desde primeros de año hasta Cuaresma; dos de ellos eran ya maestros consumados, los otros dos compa­ ñeros con carácter de doctrineros. Los que habíanquedado en el seminario podían predicar la Cuaresma y Semana Santa, como los demás predicadores, pero no en plan de misión. Pa­ sada la Pascua, todos, misioneros y predicadores, debían regre­ sar al convento para seguir el estudio y la preparación. Dos o tres veces por semana, según las épocas del año, se tenían ejercicios prácticos, una conferencia de una hora de duración, y un sermón semanal por turno. 539. La institución de estos seminarios demisioneros, que durarían los tres primeros hasta laexclaustración de 1835, fue providencial, no tanto para la reforma de lapredicación capu­ china volviéndola a la tradicional sencillez y unción, cuanto 279

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