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Los Capuchinos en la Península Ibérica sentido literal, y expone las explicaciones que de él se derivan en orden a la vida práctica. 429. Pablo de Granada (+ 1661) escribió y publicó un co­ mentario al salmo “ exaudiat te Dominus in die tribulationis” (Madrid, 1654); Esteban de Tafalla (+ 1701) escribió también un comentario sobre el libro de Esdras. 430. Francisco Javier de los Arcos publicó unos amplios comentarios escriturísticos, en los que habla de los autores sa­ grados de los respectivos libros, del argumento clave de cada uno, del tiempo de su composición y de otras cuestiones com­ plementarias. 431. José Calasanz de Llavaneras (card. Vives y Tutó) es­ cribió un manual de hermenéutica o introducción a la sagrada escritura, que dedicó a los jóvenes clérigos, y tuvo bastante aceptación en colegios y seminarios. 432. Entre los traductores de la Biblia, son dignos de re­ cordarse: Joaquín Ma de Borceguilla, quien tradujo en améri- co los evangelios de Mateo y Juan, y las perícopas evangélicas del año litúrgico; Raimundo de Lérida, autor de una traduc­ ción castellana del Apocalipsis, y Ruperto de Manresa, quien tradujo asimismo el Eclesiástico y los Salmos. 433. Miguel de Esplugas (+ 1934) fue un insigne colabora­ dor de la sociedad Fundación Bíblica Catalana, de la que fue director Marcos de Castellón (+ 1942). 434. En tiempos recientes, vertieron al castellano los tex­ tos originales de la Biblia los profesores Serafín de Ausejo (Bi­ blia ecuménica; tradujo asimismo un diccionario bíblico ale­ mán) y Carlos de Villapadierna (NT), y, en vacuense, Felipe de Fuenterrabía. 435. En 1959, se fundó la revista Evangelio y Vida , de los capuchinos castellanos; la Difusora Bíblica, con sede en León, 234

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