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Los Capuchinos en la Península Ibérica para los dominios del gran duque con nuevos textos litúrgicos. En 1849 Pío IX la extendía a los franciscanos alcantarinos. En 1862 fue elevada una instancia al Romano Pontífice pi diendo la extensión a la Iglesia universal; la firmaban diez cardenales, ciento treinta obispos de varias nacionalidades y veintiséis superiores generales de institutos religiosos; Pío IX se limitó a conceder la fiesta a las diócesis y familias reli giosas firmantes, si lo pedían singularmente. De hecho, a partir de aquella fecha, el culto a la Divina Pastora alcanzó mayor difusión fuera de la orden capuchina. En 1870, a peti ción del comisario general. Esteban de Adoáin, la sagrada Congregación de Ritos concedió a los capuchinos de América Central la celebración de la fiesta como doble de segunda clase con octava, como patrona de las misiones de los capuchi nos. En 1885 los capuchinos españoles consiguieron que fuera extendida la fiesta a toda la Orden con rito doble de segunda clase. El capítulo general de 1932 la declaró Patrona univer sal de las misiones de los capuchinos. 303. El Padre Isidoro de Sevilla unía la advocación de la Divina Pastora con el misterio de la Asunción de María. El beato Diego fue denunciado a la Inquisición por su doctrina sobre la Asunción de la Virgen, la cual habría aceptado la muerte voluntariamente. Al tiempo del Concilio Vaticano I se distinguió el obispo de La Habana Jacinto Martínez y Sáez de Peñacerrada; a su solicitud, pidiendo la definición dogmática de la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo, se asociaron los obispos capuchinos presentes en el Concilio y otros muchos. En 1904 los socios de la archi- cofradía primitiva de la Divina Pastora de Sevilla se obligaron bajo voto y juramento a defender la verdad de ese misterio; esa práctica se extendió rápidamente por España y América. Dicha archicofradía pidió, en 1904, fuera añadida a la leta nía lauretana la invocación Regina in caelum corporaliter assumpta. 304. Propagaron el Rosario mañano José de Carabantes (+ 1694), iniciador del rezo del mismo por calles y plazas; 1 8 0
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