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Vida Religiosa y Espiritualidad juzgo que no está ligada a los más o menos años de religión, sino a las circunstancias ocurrentes...” . El capítulo de Navarra hizo suyos los criterios del insigne apóstol andaluz. Pero no cuajaron en la provincia del mismo beato, ya que en 1819 el provincial Mariano de Sevilla se lamentaba de la pretensión de los jóvenes de hacer uso del chocolate, siendo éste uno de “ los usos que están sólo tolerados” a los antiguos. h) Porte externo. 246. El exterior mortificado y recogido siguió siendo preo­ cupación de los capuchinos españoles en toda la época antigua, aunque a veces contrastara con la decadencia en la vida de ora­ ción y de retiro. El Ceremonial de Castilla describía en estos términos la figura externa del buen capuchino dentro y fuera del convento: “ El capucho puesto, los ojos bajos que no mi­ ren sino donde han de poner los pies, y las manos metidas en las mangas” . Era uno de los puntos mejor cultivados en la pedagogía de los formadores. Y no cabe duda que contribuía grandemente a modelar, al menos externamente, la persona del joven religioso en sus movimientos y ademanes, y aun en las actitudes inter­ nas morales y mentales, por esa ley del influjo del gesto cor­ poral en los sentimientos del alma. Todos sabían que la devo­ ción de la gente estaba muy condicionada por el porte exterior mortificado y devoto. BIBLIOGRAFIA Puesto que a lo largo de los textos precedentes se citan frecuentemente los Ceremoniales o Manuales, damos a continuación una lista de los correspondientes a cada una de las provincias, además de otra bibliografía. 151

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