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Los Capuchinos en la Península Ibérica d) La "restauración” como proyecto de vida 208. Con la real orden del 11 de enero de 1877, que auto­ rizaba a los capuchinos de Bayona para establecerse en Ante­ quera, se abría la etapa de la restauración. El término adopta­ do era al mismo tiempo la expresión de un programa: “ res­ taurar” significaba algo así como recomponer los materiales de un edificio venido al suelo, rehacer los rasgos y los colores de una pintura maltratada por el deterioro. Es lo que se pro­ ponían aquellos hombres de recia identidad vocacional, Ber­ nabé de Astorga, Esteban de Adoáin, Guillermo de Ugar y otros, que habían mantenido inquebrantablemente la fideli­ dad al espíritu de la Orden y a las viejas observancias. Era necesario enlazar, sin fractura ni solución de continuidad, con el pasado que ellos habían vivido. Las jóvenes vocaciones, que se presentaban numerosas, deberían aceptar ese entronque y dejarse modelar como sus maestros lo habían hecho medio siglo atrás. Lo propio debían hacer los exclaustrados que re­ gresaban a los conventos; pero éstos, a diferencia de la genera­ ción nueva, si por una parte se aferraban a exterioridades iner­ tes, que les gustaba volver a vivir, por otra se resistían a des­ prenderse de sus hábitos de autonomía, de libre disposición de sus haberes y de otros resabios de la vida clerical fuera del convento. Fue el primer obstáculo a una recta “ restauración” , contra el que tuvieron que luchar primero el comisario apos­ tólico Esteban de Adoáin y más tarde los dos jóvenes guías de los capuchinos españoles José Calasanz y Joaquín de Llava- neras. 209. Pronto los responsables de la restauración hubieron de caer en la cuenta de que no en vano habían transcurrido cincuenta años de historia en una sociedad en rápida transfor­ mación. Mientras resultaba sumamente fácil hallar vocaciones para hermanos legos en el seno de la clase social no evolucio­ nada de los habitantes del campo, se presentaba cada vez más problemática la atracción de vocaciones adultas para sa­ cerdotes, y ello por el doble motivo de la estructuración moderna de los estudios medios y superiores, distanciados de 132

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