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Vida Religiosa y Espiritualidad valor derruido por un accidente fatal. En realidad, sin embar­ go, lanzarán la Orden hacia nuevos horizontes espirituales y apostólicos. Tal es, en síntesis, la evolución de la vida religiosa interna que vamos a analizar a continuación. a) La primera generación heroica 183. Es sabido cómo la enconada oposición que encontra­ ron los capuchinos para su expansión primera en tierras de España provenía casi siempre de los franciscanos observantes, y el principal argumento que éstos esgrimían en sus memoria­ les al rey y a las autoridades locales era el de la superfluidad de la reforma capuchina, desde el momento que ya existían en Castilla los descalzos, que a nadie cedían en austeridad, y en Cataluña los recoletos, acreditados asimismo por su vida de retiro y de oración. 184. Los capuchinos se propusieron demostrar, en un afán de superación más allá de lo prudente, que el estilo de vida que ellos profesaban aventajaba a unos y otros en austeridad, po­ breza, recogimiento y penitencia. Ya en la sesión del 2 de junio de 1576 del Consejo de Cien­ to de Barcelona y en la subsiguiente petición al ministro gene­ ral Jerónimo de Montefiori, de 6 de junio, se decía que, por informaciones recibidas, la religión de los capuchinos se dis­ tingue “ por la aspereza de vida y observancia de la Regla” . 185. El cronista de los primeros tiempos, Miguel de Valla- dolid, que escribía en 1612, se complace en describir el rigor adoptado por los religiosos que introdujeron la Orden en Cata­ luña a las órdenes de Arcángel de Alarcón, hombre dotado de mente superior, de profunda experiencia de Dios, austero, pe­ nitente, idealista, con grandes cualidades de animador. El fue el forjador de aquella primera generación, compuesta de frai­ les reclutados en Italia, casi todos españoles, de recoletos pa­ 121

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