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CA PU CH INO S DE LA RESTAURACIÓN DE LA PROV IN C IA y el B. Diego José de Cádiz, recopilada y anotada por él, que es todo un tratado de dirección espiritual consumada, el P. Valencina no hizo otra cosa que poner por escrito su propia experiencia en la dirección espiritual. Por eso llamaba a este libro su mejor obra. Fue un director consumado en las vías del espíritu, lleno de un gran celo por la san­ tificación de todos cuantos acudían en busca de su consejo y de su dirección. ESCRITOR El P. Ambrosio de Valencina fue un escritor insigne, cuyas obras lite­ rarias recuerdan a los clásicos del siglo de oro de nuestra literatura, por su erudición y amplitud de temas tratados. Con sus obras adquirió un elevado renombre en el universo de las letras españolas. Sus libros son hoy verdaderos tratados de ascética y mística. Junto a su vasta cultura y a su profunda formación, el P. Ambrosio, unió siempre en todos sus escritos una cualidad nada vulgar que con­ sistía en buscar el bien de los demás antes que su propio lucimiento personal. Era un hombre de fina sensibilidad, vertía en sus escritos todas sus delicadezas, todos sus sueños. Tenía corazón de poeta. En su deseo de hacer bien, daba cuerpo a sus ideas en sus Poesías, Novelitas, Leyendas, Artículos y Lecturas edificantes. El P. Ambrosio hace gala en sus escritos del buen conocimiento de la literatura clásica española y del público al que los dirige. Escritor galano y florido no olvida nunca la dimensión religiosa. Su estilo un tanto grandilocuente, reiterativo y retórico, es el propio de la época. Estaba preocupado del buen decir. Era profundamente religioso y estaba transido del más puro perfeccionismo. Digamos que aquel deseo universal de la Iglesia de su tiempo, de “instaurar todas las cosas en Cristo” había fundido con fuerza en su corazón y se manifestaba en todos sus escritos. Cuando el P. Valencina alentaba a lajuventud para entrar en el claustro, lo hacía animándoles a que en él alcanzaran la O