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1“ CEN TEN ARIO DF. LA RESTAURACIÓN DF. LA PROV IN C IA CA PU CH IN A DE AN D ALU C ÍA (1 8 9 8 - 1 9 9 9 ) Capítulo General en Roma, restaura el convento de Granada en 1896 y funda el de Totana en 1898. Durante este tiempo, en agosto de 1897, León XIII lo agrega al claustro de doctores del Seminario y Universi­ dad Pontificia de Sevilla. Sus muchas dotes y cualidades, hacían de él un varón singular, siendo admirado por todos como hombre sabio, docto consejero y perfecto religioso; lo nombrarían Juez y Examinador Sinodal de varios obispa­ dos. También fue miembro de la Comisión Internacional para la revi­ sión de las Constituciones Generales de la Orden. Y sería nombrado predicador de S. M. el Rey Alfonso XIII, en 1907. RESTAURADOR DE LA PROVINCIA BÉTICA Al final del tiempo que nos ocupa, en 1898, tuvo lugar la división de la antigua provincia de Toledo en dos: la de Valencia y la de Andalu­ cía. El P. Ambrosio de Valencina fue nombrado Provincial de Andalu­ cía y, consiguientemente, restaurador de la antigua Provincia Bética. Era una prueba más de su sabiduría y buen gobierno. Difícil y arriesgada era la empresa pero el P. Ambrosio no se desalen­ tó. Miró a lo alto, supo ver lejos y recorrió los viejos caminos de la Seráfica Provincia de Andalucía, movilizó a todas las fuerzas vivas de la Provincia, con la fe y la seguridad de un hombre de fe, con la temeridad y la audacia de un joven. Soñó con hacer de ella una Provincia renovada y bien formada, arran­ cando de los distintos gobiernos nacionales los antiguos conventos que le habían pertenecido, restaurándolos, dando categoría o relevan­ cia al Noviciado y a sus Colegios. En poco tiempo infundió aliento, distribuyó a los religiosos, reavivó el fuego de la observancia regular, alentó el trabajo y el apostolado de los religiosos y devolvió a la Pro­ vincia, con grandes esfuerzos, su primitivo esplendor. Bastaba con reactivar un poco la brasa y bien pronto surgió la llama de la santidad, de la observancia regular y del apostolado.