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1“ CENTENARIO DF. LA RESTAURACIÓN DE LA PROVINCIA CAPUCHINA DE ANDALUCÍA ( 1 898- 1 999) de las casas religiosas de Italia. Las relaciones que, a este respecto, debían enviar los superiores a Roma, en el arco de duración de cuatro meses, se conocen bajo la denominación de “encuesta inocenciana”. A pesar de los límites y lagunas de estas relaciones, se conocen hoy hechos y circunstancias de gran relieve acerca del asentamiento de los capuchinos en los distintos lugares. Sólo en casos muy aislados las fundaciones tenían lugar a petición de los religiosos; de modo ordina rio eran los señores de aquellos sitios (príncipes, duques, condes, marqueses, barones) los que solicitaban su venida; un gran número de “fundadores” pertenece al cetus eclesiástico: obispos, canónigos, arci prestes, órdenes religiosas (entre ellas los benedictinos, también fran ciscanos conventuales y observantes) yasociaciones piadosas. También aparece, como un estribillo, que fueron construidos con limosnas del pueblo y ”el trabajo de los frailes”, entre los que aparecen aquí y allá pequeños equipos de “maestros de la madera y de la albañilería”. Los conventos, según estas relaciones, tenían todos dos plantas. Si de la planta superior bajamos a la planta baja encontramos especificados sectores distintos, reservados, respectivamente, a las cosas sagradas (iglesia, coro, sacristía, habitación para los objetos sagrados y cuarto para hacer las hostias), a la cocina (cocina, refectorio, cámara y alma cén en general), al trabajo (sala para tejer la lana, o salas para el trabajo de otro tipo), a la hospitalidad (habitaciones para acoger a huéspedes y transeúntes). Respecto a este último sector es interesante notar cómo en algunos conventos, se distinguía entre dos clases de huéspedes: había habitaciones en el claustro (por tanto en la parte de clausura del convento) para “huéspedes seglares”, y una “habitación- cilla para hospedar a los pobres callejeros”, ésta separada del conven to. Un techo para todos, pero sin renunciar a la prudencia, cuando se trata con gente desconocida. Las relaciones no dicen nada sobre la arquitectura y las dimensiones de las iglesias. Sin embargo en todas consta el misterio o el santo al o
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