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1 “ CENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA PROVINCIA CAPUCHINA DE ANDALUCÍA ( 1898 - 1 9 9 9 ) Se describe después el Real combento de Mercenarios Calzados, en el que se describe su iglesia, el coro, sus imágenes y se da cuenta de los muchos milagros obrados por Nuestra Señora de la Merced y su niño “corcobado (jorobado)” por un milagro obrado por la Señora cuando un ladrón trataba de robarle las joyas. Se explica luego el origen de la Iglesia del Santísimo Sacramento, situada en la “collación de San Ildefonso” y el robo de las sagradas formas llevado a cabo por dos infelices en una iglesia de la ciudad de la Alhama y cómo llegaron a Granada y al ser descubiertas se erigió en su nombre esta iglesia de­ dicada al Santísimo Sacramento. A continuación se describe el combento de Capuchinos en este valioso texto que transcribimos íntegro por su valor histórico y documental: “Fundóse este combento en 1615 por Real Cédula del señor Felipe III de 1614. Vino a efectuarla el padre fray Severo de Lucena. Tubo su primer sitio en unas pequeñas casas a espaldas del Hospital Real, que tenían puerta al campo de las Heras de Cristo. Allí estuvieron hasta 24 de junio del mismo año, que tomaron posesión y se empezó a labrar el combento que oy tienen, cerca del sitio donde tiene el gran estanque de dicha huerta. Se dize havía una torre antigua, que (en) el siglo 14 se arruynó y formó una gruta o cueva, que sirvió de teatro para sus penitencias a los santos Juan de Zetyna y Pedro de Dueñas. Fue hallada al derribar algunas reliquias de dicha torre, en la gruta, una cruz de olivo y encina, que se cree fu e dejada en aquel sitio por dichos santos, la que se halla colocada sobre el arco toral de la capilla mayor de esta yglesia, donde se conserba en nuestros días. Concluyóse la obra y se dedicó la yglesia en dos de agosto de 1624 con el título de San Juan Baptista. Es muy primorosa y aseada, con unos retablos especia­ les por el color de la madera. Han fallecido en este combento muchos varones apostólicos y grandes siervos de Dios, commo lo fu e el venerable hermano Bernardina de Granada. Llamóse en el siglo Alberto de Salazar, de una de las dis­ tinguidas familias de esta ciudad. Vivió sólo 19 años y murió con O

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