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HISTORIA DE LOS CONVENTOS CAPUCHINOS Su autor había nacido en el corazón del viejo Madrid cerca de la calle San Jerónimo, el 7 de marzo de 1746, año en el que finalizaba el reinado de Felipe V, el monarca francés asentado en el trono después de larga guerra. Hijo de Tomás Antonio Alvarez Pascual de Rivera y de Antonia Baena Herranz, madrileños ambos pero de origen leonés. Hijodalgo notario con bienes y hacienda, recibió una educación esme­ rada. Tuvo otro hermano, José Antonio, que compartió con él aficio­ nes y dedicaciones. Como funcionario se traslada a Granada, antes del terremoto que sacude la ciudad en 1778, del que fue testigo presencial. Granada le pareció una ciudad “grande, hermosa, fértil y saludable”. El encaja en una ciudad como Granada, sede de los más altos organismos del Reino, que le posibilitan puestos y categoría social; ciudad en crecimiento, con barrios nuevos perfectamente configurados: San Ildefonso, Du­ quesa, La Magdalena, san Antón o la Virgen. Cuando llegó a Granada nuestro autor apenas contaba veinte años. Poco hacía sospechar que en ella iba a transcurrir el resto de su existencia, formando una fami­ lia y asentando sus raíces aquí. Entre sus publicaciones destaca este manuscrito titulado Excelencias de Granada, aparecido en 1787. Se trata de un manuscrito conservado entre los fondos de la Biblioteca General Universitaria de Granada. Al final incorpora un pequeño índice y un cuadro que recoge el numero de vecinos y casas de cada una de las parroquias de la ciudad de Granada. La finalidad del manuscrito, según su autor, es la ausencia de obras a la altura de la ciudad que las motivaba. Esta obra viene a llenar ese vacío. Los historiadores constatan, ciertamente, un descen­ so, durante este periodo, en la historiografía granadina, pero no existe un vacío total. En este primer volumen que ahora se publica, su autor marca el re­ corrido por siete de las veintitrés parroquias existentes entonces. Sa­ grario, Santos Justo y Pastor, Santa María Magdalena, San Gil, Santia­ go, San Andrés y San Ildefonso. Asentadas todas ellas en la zona baja

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