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1“ CENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA PROVINCIA CAPUCHINA DE ANDALUCÍA ( 1898- 1999) Fray Gonzalo, el que habría de ser gloria de la lírica de nuestra pro­ vincia. Muy joven vestiría el hábito capuchino el 10 de junio de 1916, emi­ tiendo su profesión simple el 10 de junio de 1917, la solemne el 21 de junio de 1920, ordenándose de sacerdote el 17 de marzo de 1923. Ejerció durante años el oficio de Definidor y el de Lector en nuestro Colegio de Filosofía y Teología. Sanlúcar de Barrameda sería el escenario de la mayor parte de su vida y las letras su verdadera y gran pasión. Alma eminentemente francis­ cana, de espíritu fino y delicado, de trato exquisito, cultivó siempre un profundo amor a los animales y a la madre naturaleza. Su vocación por las letras nació en sus mismos años estudiantiles. Siendo aún alumno del Colegio Mayor de Sda. Teología de Sanlúcar, obtuvo el premio de poesía en el Certamen de Reus (1921). Desde entonces su labor literaria está jalonada de éxitos y de premios. En 1932 ingresó en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y en la Hispano-Americana de Ciencias yArtes de Cádiz. Ha publicado nume­ rosos libros en prosa y en verso: Pinceladas líricas, Vibraciones de mi lira, La dulzura de la paz, Lluvia de pétalos, San Francisco de Asís, Vida del Venerable Siervo de Dios Esteban de Adoain, Del Solar franciscano, Caminos de la tarde, Prisma, Salmo... y numerosos artículos en el Diario ABC y revistas poéticas de prestigio a nivel nacional e internacional. Produc­ ción lírica y mística la mayor parte, que haría decir a Eva Cenantes: ... “que estaba, por Sanlúcar, Fontiveros...!”. Fue Vicepostulador de la Causa del Beato Diego y de la del P. Esteban de Adoain. En esta última trabajó con ahínco en todo lo que concier­ ne al Proceso Diocesano llevado a cabo en la Curia Arzobispal de Sevilla. A su esfuerzo y trabajo se debe la noble y bella capilla del Siervo de Dios sita en el atrio de la iglesia conventual. Fray Gonzalo gozó en vida de la amistad de los Infantes de Orleans y Borbón, Don Alfonso y Doña Beatriz, afincados en Sanlúcar en su